San Valentín está a la vuelta de la esquina y aunque es la ocasión ideal para derrochar romanticismo no siempre es fácil encontrar el plan perfecto para celebrarlo. Algunos optan por organizar una cena o una escapada y otros prefieren hacerse algún regalo, pero si este año has decidido salirte de lo típico, sigue leyendo.
Para que tu día de los enamorados sea inolvidable, la Ruta del Vino de La Mancha te propone cinco planes que no podrás dejar escapar. Ideales para vivir la escapada más romántica con esa persona que deja tu mundo en silencio cuando te mira.
Desde pasar la noche en una casa del siglo XVII en El Toboso, emulando a Don Quijote y Dulcinea, a descubrir los orígenes del vino en Socuéllamos, aprender a catar en bodegas de viñedos infinitos, caer en las redes del Barrio del Albaicín o disfrutar de un ‘Sunset Wine’ entre los molinos de viento de Alcázar de San Juan. Quédate con estas cinco ideas porque no fallarás:
1. Pasear entre viñedos y aprender a catar
En los viñedos de la región el tiempo se detiene para disfrutar con calma de lo que importa: las miradas, las conversaciones profundas, los paseos de la mano, las carcajadas... En la Ruta del Vino de La Mancha son muchas las experiencias de las que saldrás convertido en un auténtico winelover. Desde la propuesta ‘Aromas con vino’ de Finca Antigua, en Los Hinojosos, a la visita guiada por las Bodegas Cristo de la Vega, en Socuéllamos, un referente a nivel nacional. Su oferta incluye un recorrido por la bodega, así como una cata comentada y una botella de vino de regalo.
De Bodega Campos Reales, en El Provencio, puedes salir también con una botella de sus mejores vinos, detalle de la casa. No sin antes conocer de primera mano una de las plantas vitivinícolas más productivas de la zona y catar tres de sus joyas. Por último, el tiempo se pondrá al servicio del detalle tras las paredes de la Bodega Mont Reaga, en Monreal del Llano. Aquí, la visita se detendrá a conocer los distintos tipos de uva y los matices que ésta va adquiriendo en cada fase de su proceso de elaboración. Unas pinceladas de cultura vitivinícola perfectas para compartir con tu pareja y volver a casa siendo unos expertos. Y a continuación, una degustación de cuatro vinos y un aperitivo frío que ayudará a realzar su esencia.
2. Pasar la noche en uno de los escenarios de El Quijote
La Sierra de los Molinos de Campo de Criptana es el lugar perfecto para enamorarse una y mil veces. Su luz al atardecer y esa niebla que la envuelve a primera hora en esta época del año hacen de este enclave un escenario mágico. En medio de esta belleza llena de historia y misterio, se encuentra la Casa Rural Vamos Allá, un refugio tan acogedor como moderno situado en el bellísimo Barrio del Albaicín. Recorrer sus calles empinadas bañadas de blanco y añil, respirar esa inspiración mediterránea que todo lo empapa y asomarse a ver las casas-cuevas será inevitable. Un picoteo, un vino a media tarde… Todo apetece y todo queda a mano.
Esta es la propuesta de ‘Duerme entre gigantes. Pack experiencia cultural’, una experiencia en la que podrás hacer noche en uno de los escenarios más famosos de El Quijote al tiempo que visitas un molino del siglo XVI, una casa-cueva, el Museo del Carro y el Museo de Sara Montiel, ubicado en uno de los molinos. Sin duda, una escapada llena de magia y folclore en la que conocer más a tu pareja y esta tierra quijotesca.
3. Conocer las raíces del vino
Recordar los comienzos fortalece el amor. El amor por el vino, también. Y en Socuéllamos, donde late el corazón de la Ruta del Vino de La Mancha, se encuentra el Museo Torre del Vino, espacio en el que conocer el origen de todo. Tanto si tú y tu pareja sois unos auténticos winelovers como si solo disfrutáis de tomar una copita de vino mientras charláis, esta visita no puede faltar en tu escapada romántica perfecta. Es el equilibrio ideal entre aprender algo nuevo, disfrutar juntos y beber vino. Una visita guiada por las instalaciones del Museo Torre del Vino despertará tu interés sobre esta cultura a través de una historia apasionante.
La visita incluye una degustación en la vinoteca, panorámicas desde la torre-mirador y, si reservas con tiempo, podrás participar en alguno de los talleres que se imparten todas las semanas para niños y mayores. ¡Un lujo!
4. Revivir tiempos de caballeros y doncellas
Uno de los grandes amores que nos ha dejado la literatura del Siglo de Oro es el de Don Quijote por su amada Dulcinea, natural de El Toboso. Esta parada de la Ruta del Vino de La Mancha esconde secretos y encantos a partes iguales. Sus calles rezuman tranquilidad e invitan a pasear y recuperar los placeres de antes, inspirados por los pasajes del caballero de la triste figura.
Don Quixote Tours te propone despertar los instintos literarios y pasar la noche en la Hospedería Casa de la Torre, un entorno idílico en el que soñar estar viviendo tiempos de caballeros y doncellas. Esta casa típica del siglo XVII es el refugio perfecto para salir de la rutina y detenerse a apreciar los detalles históricos. La escapada incluye una visita a la Bodega Campos de Dulcinea en la que conocer, de la mano de un enólogo, los procesos de elaboración de sus vinos únicos y de personalidad propia. Una experiencia enoturística ideal para vivir en pareja, con la que podrás compartir una cata comentada de tres vinos y una degustación de tapas manchegas, al tiempo que descubres el corazón de una bodega que obtiene lo mejor de las uvas de esta tierra desde 1926.
5. Disfrutar del atardecer entre molinos de viento
Alojarte en el corazón de La Mancha es alojarte en el Hotel Intur de Alcázar de San Juan, un rincón interior con todas las comodidades e identidad propia donde relajarse y sentirse como en casa. Su ubicación es perfecta para poder disfrutar de un auténtico tour de enoturismo en una de las ciudades más importantes del mundo en cuanto a vino se refiere. La propuesta de la Ruta del Vino de La Mancha es irresistible. Recorrer los lugares más emblemáticos del municipio en compañía de un guía que compartirá las historias más apasionantes sucedidas en cada rincón de la localidad.
El momento perfecto es el atardecer, y el lugar, el cerro de San Antón. Aquí, a los pies de los molinos de viento, podrás disfrutar del ‘Sunset wine’: una cata de tres vinos de la localidad con todo el encanto de la puesta de sol en uno de los lugares más hermosos de toda la Ruta del Vino de La Mancha. ¿Te imaginas algo más romántico? Para corazones exigentes y foodies irremediables, el plan se reserva un as bajo la manga: una comida en la Bodega La Tercia en la que disfrutar de la mejor gastronomía manchega maridada con los mejores vinos.