Este miércoles, con muchos años de retraso tras iniciarse el proyecto bajo el mandato de José María Barreda y quedar paralizado en 2011 con la llegada al Gobierno de Castilla-La Mancha de María Dolores de Cospedal, ha entrado en funcionamiento el primero de los cuatro ramales previstos de la Tubería de la Llanura Manchega, que inicialmente permitirá beber agua del Tajo detraída del trasvase al Segura a unos 90.000 habitantes de 15 municipios de las provincias de Cuenca, Ciudad Real y Albacete como Villarrobledo, Socuéllamos o Mota del Cuervo, entre otros

Los habitantes de estos pueblos, hasta ahora, utilizaban agua extraída de los sobreexplotados acuíferos subterráneos, que es de menor calidad que la superficial, por lo que muchos de ellos optaban por consumir agua embotellada.

Una vez puesto en marcha el primero de los ramales de la tubería manchega -que de forma soterrada a lo lardo de más de 180 kilómetros canaliza el agua desde la cuenca del Tajo hasta la del Guadiana- durante los próximos seis meses saldrá agua mixta de los grifos en estos 15 municipios, pero después será totalmente del Tajo gracias a una planta de ósmosis inversa que la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha trabaja para poner en funcionamiento este mismo año.

Un día "histórico"

El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, ha inaugurado la infraestructura pulsando en la estación de tratamiento de Saelices (Cuenca) el botón con el que arranca la llevada de agua desde el acueducto del trasvase Tajo-Segura hasta los depósitos que gestiona la entidad pública Infraestructuras del Agua de Castilla-La Mancha.

García-Page ha asegurado que el de hoy es un día "histórico" puesto que "colocamos en igualdad de condiciones a los habitantes de Ciudad Real, Cuenca, Toledo o Albacete con los habitantes de Murcia, Alicante, Valencia o Almería". "Esta es una obra de la que va a depender el futuro de mucha gente (...) y va a impedir que se siga diciendo que no a licencias para instalar empresas porque no se sabe y no hay garantía de agua. Parece mentira que tengamos que estar planteando algo tan elemental", ha añadido.

El presidente castellano-manchego, durante su intervención, ha repetido en numerosas ocasiones que el agua derivada a la tubería manchega es para beber y no para regar, además de recordar que Castilla-La Mancha se ha "resignado" a no tener más regadíos porque entiende que beber es prioritario, algo que también, a su juicio, debe asumirse en el Levante.

"Es una de las cosas que tienen que quedar muy claras hoy que abrimos una obra histórica: primero beber", ha añadido en la misma línea García-Page, que ha argumentado que "la pelea" con Levante no es por el agua para beber, sino porque "cedemos desde hace muchísimo tiempo" agua para riego, "quitándonos de beber nosotros" y viendo cómo en Levante hay miles de hectáreas aún sin regularizar y que se saltan la normativa.

El consejero de Agricultura, Agua y Desarrollo Rural de Castilla-La Mancha, Francisco Martínez Arroyo, ha garantizado que el agua que discurra por la tubería manchega "será un agua, además, que se descuente de que se trasvasa al Levante", algo que ha considerado "muy importante y también simbólico".

"Es agua para beber, no es agua para regar, y es agua también para dar garantía a la industria de que se pueda instalar en nuestro territorio. Damos un paso histórico, por supuesto", ha dicho el consejero.

De su lado, el secretario de Estado de Medio Ambiente, Hugo Morán, ha dicho que la política del agua es el eje central de la política de seguridad de un país, teniendo en cuenta que son inversiones para garantizar las condiciones de vida de la población, y ha instado a "superar la política de disputas" y "eludir procesos de debate estéril" en pro de las necesidades de los ciudadanos.

Cuando se complete la puesta en marcha de los siguientes tres ramales -el próximo será el que llevará agua del Tajo hasta la comarca del Campo de Calatrava (Ciudad Real)-, la tubería manchega prevé abastecer a 500.000 personas.