A tan solo 45 días de la cita electoral del próximo 28 de mayo, la tensión política se palpa en Castilla-La Mancha y los mensajes de los distintos líderes comienzan a endurecerse. El presidente de la Junta de Comunidades y candidato socialista a la reelección, Emiliano García-Page, ha dado este jueves buena muestra de ello durante una entrevista para las emisoras regionales de la cadena SER. Más allá de su habitual papel institucional, consolidado tras ocho años al frente del Gobierno autonómico, en el descuento de su segundo mandato no ha dudado en bajar al barro de la contienda partidista sabedor de que en pocas semanas se juega un tercero.

El partido, según él mismo ha reconocido, está igualado. Pese a que ha dicho que nota "mucho cariño, complicidad y, cuando no, respeto" de los ciudadanos de Castilla-La Mancha, algo que le hace ser "optimista" de cara al resultado que el PSOE pueda cosechar el 28-M, ha advertido de que la victoria de la derecha, mediante una previsible alianza postelectoral entre PP y VOX, es una posibilidad que "puede pasar perfectamente". "Ni la suerte está echada, ni está todo decidido", ha asegurado tratando de movilizar a su electorado, al que ha pedido "que no se duerma en los laureles".

García-Page, que ha ofrecido a los votantes "certidumbre y seguridad" frente a una posible "aventura", ha calificado como "preocupante" lo que ha definido como "una vuelta a Cospedal", en referencia a un futurible gobierno comandado por el presidente regional del Partido Popular, Paco Núñez. "Sería un sucedáneo de Cospedal, pero ahora también con Vox", ha añadido, mientras que con el PSOE "esta región está a salvo de recortes".

En la misma línea, el número uno del PSOE castellano-manchego ha cuestionado el liderazgo interno de Paco Núñez dentro del PP regional precisamente por el hecho de haber sido designado por Cospedal. "Muchísima gente en el PP está esperando los diez minutos después de las elecciones", ha llegado a decir García-Page, aludiendo a que, a su juicio, el líder de la oposición sería inmediatamente sustituido en caso de perder las elecciones autonómicas.

Desde su habitual postura de centrismo amplio, García-Page ha lanzado un mensaje al electorado moderado de Castilla-La Mancha para que "nadie se tenga que arrepentir al día siguiente" de las elecciones, en referencia a que el PP necesitará, según todas las encuestas, de Vox para llegar al Palacio de Fuensalida. Además, a los votantes de izquierdas les ha dicho que apostar por Podemos -fuerza a la que ningún sondeo da posibilidades de entrar en las Cortes regionales- puede suponer desaprovechar la papeleta y acabar beneficiando, paradójicamente, a Vox.

Regionalizar la campaña

Después de que se haya conocido que Paco Núñez presentará su proyecto político de cara al 28-M el próximo 22 de mayo en Toledo acompañado por el presidente de Andalucía, Juanma Moreno Bonilla, García-Page ha acusado a su principal rival de "esconderse detrás de los presidentes de otras autonomías". "Esto no se trata de un plebiscito entre Pedro Sánchez y Núñez Feijóo, sino de qué pasa con nuestros problemas y quién puede ofrecer resultados en sanidad, educación, dependencia, ayudas a las empresas...", ha dicho tratando de que la batalla electoral se juegue en el terreno regional y no nacional.

Precisamente, preguntado sobre si durante la campaña vendrán a Castilla-La Mancha tanto el presidente Pedro Sánchez como sus ministros, García-Page ha reconocido discrepancias "profundas" con el también secretario general del PSOE y ha respondido: "Mientras vengan a hablar de Castilla-La Mancha, estupendo. Pero que vengan dando, no pidiendo. Entonces estaré encantado".

El jefe del Ejecutivo castellano-manchego, durante la entrevista, ha anunciado que si repite como presidente será aprobada en la primera mitad de la legislatura la ley de tiempos máximos de espera en la sanidad más ambiciosa de toda España.