Empieza el mes de mayo de 2023 y arranca la cuenta atrás del 28-M en Castilla-La Mancha. Todo parecía más decantado en contiendas anteriores, con menos espacio para la incertidumbre, pero esta vez la gran pregunta está en el aire: ¿Quién será el próximo presidente de Castilla-La Mancha? ¿el socialista Emiliano García-Page o el popular Paco Núñez? ¿revalidará el PSOE su poder en la Junta o será la hora del relevo del PP? Las encuestas de las últimas semanas dejan todo en el aire y no se atreven a dar un pronóstico claro, con un solo diputado "bailando" entre el PSOE y el PP que puede ser el que incline definitivamente la balanza de uno y otro lado.
Pese a este escenario tan abierto, sí parece que una cosa está clara en los sondeos electorales de estos últimos meses: o gobierna el PSOE con mayoría absoluta o gobierna el PP con el apoyo, directo o indirecto, de Vox. Si García-Page es capaz de obtener el 28 de mayo los 17 escaños que suponen la mayoría absoluta, los socialistas revalidarán su mandato en la Junta por cuatro años más, pero si no llegan a esa cifra el poder regional recaerá en manos de Paco Núñez. Es improbable, según todas las encuestas, que el PP de Núñez sume por sí solo esos 17 diputados, pero sí podría conseguirlos sumando sus escaños a los de Vox, independientemente de que el partido de Santiago Abascal entre o no en un hipotético gobierno regional.
Como pocas veces
Así las cosas, todo está en el aire como pocas veces en Castilla-La Mancha. Page lleva ocho años al frente de la Junta de Comunidades y quiere gobernar cuatro más para consolidar su proyecto regional, mientras Núñez tiene la esperanza de acabar con la hegemonía socialista y obtener una victoria histórica que el PP sólo ha conseguido una vez en la región: con María Dolores de Cospedal en 2011. Es decir, continuidad frente a alternativa. O el PSOE o el vuelco político que abriría una nueva etapa en Castilla-La Mancha con el fondo de las elecciones generales que se celebrarán a final de año y en las que Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo se jugarán el todo por el todo.
El contexto político de Page y Núñez, con el candidato de Vox, David Moreno, por el medio, incluye, además, otra variante: ni Ciudadanos ni Unidas Podemos, según todas las encuestas, obtendrán representación en las Cortes de Castilla-La Mancha, electrizando aún más la tensión política entre socialistas y populares. Las últimas semanas están siendo abiertamente hostiles entre los equipos del PSOE y el PP en la región, pero los 28 días que quedan por delante hasta la jornada electoral van a ser todavía más intensas y enfrentadas. Page, además, afronta su campaña marcando distancias con Sánchez y difuminando el logotipo del PSOE, mientras Núñez tiene una estrategia totalmente contraria, apoyando no sólo en las siglas del PP, sino sobre todo en Feijóo y dos líderes territoriales con gancho: Isabel Díaz Ayuso y Juanma Moreno Bonilla.
En este sentido, El Español publica este domingo en una interesante información los mensajes que desean PSOE y PP para la noche electoral del 28-M. Los socialistas aspiran a mantener sus gobiernos autonómicos y prevén una victoria en Castilla-La Mancha tanto es escaños como en votos, pero la desaparición de Ciudadanos en favor del PP y el crecimiento de Vox podrían provocar un cambio de gobierno. Los populares, por su parte, aspiran el 28-M a ser la primera fuerza política en España y teñir el mapa de azul, con Castilla-La Mancha entre los hipotéticos nuevos gobiernos que se formarían. El PP aspira, incluso, a gobernar sin Vox y eso podría ocurrir en Castilla-La Mancha si Núñez fuera la lista más votada. Las espadas están en alto, tal vez como nunca antes, y en 28 días los ciudadanos tendrán la última palabra.