Aunque comenzará a negociar con el resto de partidos bajo la premisa del diálogo, el PSOE castellano-manchego no dudará en hacer valer la mayoría absoluta que consiguió el pasado 28-M si la necesita para aprobar una nueva Ley Electoral autonómica, "con independencia de que le apoyen o no el resto de fuerzas políticas".
Así lo ha reconocido este viernes durante una rueda de prensa la portavoz Grupo Parlamentario Socialista, Ana Isabel Abengózar, después de que el presidente regional, Emiliano García-Page, se marcase como una "prioridad inmediata" la reforma de la Ley en el discurso que pronunció durante el acto institucional del Día de Castilla-La Mancha.
Aunque Abengózar ha asegurado que el PSOE de Castilla-La Mancha abordará la modificación legal con actitud de diálogo, después verán "el talante y adónde quiere llegar el PP".
Este mismo viernes, la secretaria general de los 'populares' castellano-manchegos, Carolina Agudo, ha advertido de que no se sentarán a negociar si los socialistas "solamente" pretenden aumentar el número de diputados en las Cortes regionales, que son 33 desde la última reforma aprobada en solitario por el PP durante la etapa de gobierno de María Dolores de Cospedal.
A otros partidos sin representación en el Parlamento autonómico como Izquierda Unida, que es partidario de reformar la Ley Electoral de Castilla-La Mancha aunque ha avisado de que estará "totalmente en contra" si se hace para "reforzar a las mayorías y perjudicar a las minorías", Abengózar les ha recordado que cuentan con la comisión de Peticiones y Participación Ciudadana para poder canalizar sus demandas.
Cambio de discurso
Después de ganar de manera contundente las elecciones autonómicas del 28-M y conseguir su segunda mayoría absoluta consecutiva -que estuvieron a punto de perder por 900 votos en Ciudad Real-, el discurso del PSOE de Castilla-La Mancha respecto a la necesidad de una nueva Ley Electoral ha virado 180 grados.
Pese a que ahora se muestran urgidos a cambiarla lo antes posible e incluso en solitario, hasta antes de los comicios afirmaban que la reforma legal, pese a ser necesaria, no se afrontaría sin consenso político y social.
Los socialistas han argumentado a lo largo de la pasada legislatura que en el nuevo Estatuto había que priorizar el blindaje de los servicios públicos y no el cambio de la Ley Electoral, y que esta debería ser reformada con acuerdo parlamentario porque "las reglas de juego que son de todos las tenemos que reformar entre todos".
Durante su intervención de este viernes, Abengózar ha precisado que la finalidad de reformar el Estatuto no solo es aumentar el número de diputados regionales, porque "no es justo ni democrático" que un parlamento de una región con cinco provincias tenga los mismos que uno uniprovincial, sino también para hacer realidad el "compromiso de blindar lo público".
Falta de representatividad
El pasado 28-M, cada uno de los 17 diputados conseguidos por el PSOE de Castilla-La Mancha le 'costaron' 28.500 votos, mientras que el PP y el PSOE necesitaron 30.000 y 34.500 sufragios, respectivamente. Los socialistas no consideran razonable que, pese a haber logrado un porcentaje de voto del 45 %, hayan estado a un puñado de papeletas de perder el Gobierno regional.
[El PP y Vox suman más votos que García-Page solo, pero menos que PSOE y Podemos juntos]
Unidas Podemos, con 44.000 votos, se quedó fuera del Parlamento autonómico, aunque la falta de representatividad de los partidos minoritarios fue en esta ocasión mucho menos notable que en 2019. Ese año los 150.000 votos de Unidas Podemos y Vox se quedaron en el tintero.