Manuel Mariscal Zabala (Talavera de la Reina, Toledo, 1992) es periodista, máster en Estudios Avanzados en Comunicación Política por la Universidad Complutense de Madrid y vicesecretario de Comunicación de Vox. Es el hombre que, siendo solo un veinteañero, diseñó la estrategia mediática del partido e hizo que, a fuerza de memes y zascas, su mensaje llegase a millones de españoles a través de las redes sociales o del WhatsApp. Dicen de él que es un propagandista brillante.
Vox premió su trabajo presentándole como cabeza de lista al Congreso por Toledo tanto en las elecciones generales de abril de 2019 como en las de noviembre de ese mismo año, en la repetición electoral tras la legislatura fallida. En ambas ocasiones resultó elegido diputado y en los comicios de este 23 de julio aspira a convertirse en parlamentario por tercera vez consecutiva.
Lo hace con un discurso que califica "de sentido común" y, pese a que exhibe el mismo argumentario anti inmigración ilegal o ultranacionalista que utilizan Santiago Abascal y el resto de líderes de la formación, defiende que muchas de las medidas que plantean no son "ni de izquierdas ni de derechas".
Pregunta. "El 23 de julio tenemos una oportunidad histórica para poder vivir en unos años en una España parecida a la que reside en nuestro recuerdo". Son palabras que pronunció usted mismo hace unos días en un mitin celebrado en Toledo. ¿A qué tiempo pasado le gustaría devolver a nuestro país?
Respuesta. Nací en 1992 y tengo un buen recuerdo de mi infancia y de mi adolescencia. Hacía referencia a aquella época. Mis padres llegaron a Talavera de la Reina desde Losar de la Vera, un pueblecito de Extremadura, y gracias a su trabajo se pudieron comprar y pagar un pisito en Talavera de la Reina. Ellos pudieron prosperar porque la ciudad, en aquel entonces, tenía la Feria Nacional de Ganado y un importante sector comercial. También había tranquilidad, seguridad y no teníamos miedo a que nos robasen. Yo, con 12 años, iba solo al parque y nunca me pasó nada. Además, ponías la televisión y escuchabas a los políticos queriendo mejorar las condiciones de la gente y hablar de las cosas que realmente importan, como el pleno empleo, la mejora de las pensiones, infraestructuras... No había tanta división ni se colectivizaba tanto a la sociedad, no se atacaba a la unidad de España, el himno o la bandera. Ahora llevar la bandera de España es un acto casi revolucionario, porque te pueden hasta insultar por la calle.
P. Habrá quienes al escucharle pudieran llegar a pensar que se refería usted al franquismo...
R. ¡Ufff! Imposible. Ya le digo que nací en el 92 y, por tanto, no viví el franquismo.
P. ¿Qué le dice al toledano que a estar alturas todavía tiene dudas sobre votar al PP o apoyar a Vox?
R. Vox está poniendo durante esta campaña electoral el sentido común y hablando de lo que realmente importa: campo, industria, seguridad, familia y fronteras. Somos el único partido que, hoy por hoy, defiende estas cuestiones tanto en el Congreso de los Diputados como en Bruselas, oponiéndose y enfrentándose a las agendas ideológicas que están repercutiendo negativamente e impidiendo que se desarrolle nuestro campo y nuestra industria. El PP, en cambio, ha asumido toda esa ideología y toda la normativa, como la Agenda 2030, que tanto perjudica a nuestros sectores productivos. También creemos que nuestras fronteras no están siendo defendidas suficientemente y está llegando a España una delincuencia importada que hasta hace poco tiempo no existía. Todo esto con la actitud benévola del PSOE, pero también del PP cuando ha gobernado. Yo creo que esto que defendemos desde Vox no es de izquierdas ni de derechas, sino sentido común.
"Feijóo está muy distraído. Tiene que decidir si prefiere abrazarse al PSOE o seguir apoyándose en Vox"
P. ¿Cómo interpreta que Feijóo haya dicho recientemente a EL ESPAÑOL que Vox no es un buen socio y que prefiere pedir la abstención al PSOE para gobernar en solitario?
R. Feijóo está muy distraído, realmente distraído. Por un lado dice que quiere derogar el sanchismo y por el otro dice que quiere pactar con el sanchismo, ofreciéndole un pacto a Pedro Sánchez para que gobierne la lista más votada. ¿Cómo puede decir que prefiere pactar con el PSOE antes que con Vox después de que haya sido Vox el partido que le ha permitido gobernar en varias comunidades autónomas y ayuntamientos tan importantes como los de Talavera de la Reina o Toledo, sin ir más lejos? Feijóo tiene que decidir si prefiere abrazarse al PSOE o seguir apoyándose en Vox. Nosotros tenemos muy claro que no hay un PSOE bueno y un PSOE malo, porque ese partido siempre ha dañado la economía del país, la libertad de los españoles y la unidad de España.
P. ¿Cuál sería un buen resultado para Vox en España, en Castilla-La Mancha y en Toledo?
R. Nosotros, como los buenos estudiantes, nos presentamos al examen para sacar un 10. Un buen resultado sería tener a Santiago Abascal como presidente del Gobierno de España, aunque somos conscientes de las circunstancias a las que nos enfrentamos. Vox es un partido con solo cinco años de vida, con menos capacidad económica que los demás para hacer campaña y que tiene a buena parte de los medios de comunicación en contra, mientras que a Feijóo le han puesto una alfombra roja desde que llegó a Madrid. En unos días veremos hasta dónde somos capaces de llegar, pero seguro que más allá de lo que dicen las encuestas, que se hacen para condicionar el voto de mucha gente.
P. En las generales de noviembre de 2019 su partido se quedó a poco más de dos puntos de sorpasar al PP en la provincia de Toledo, aunque los 'populares' parecen llegar ahora en mejor forma. ¿Es una quimera pensar en conseguirlo el próximo domingo?
R. Aquí en Toledo estamos muy bien y, pese a lo que digan las encuestas, vamos a mantener los dos diputados que tenemos. Nuestros actos se llenan mucho más que los del PP y nuestros mítines, como vimos el pasado lunes, tienen mucha más fuerza y energía que los suyos. Llegamos fuertes porque en las pasadas elecciones municipales del 28 de mayo pasamos de 32 a 110 concejales en la provincia, donde gobernamos en ocho ayuntamientos. Hemos demostrado que votar a Vox es la mejor alternativa al socialismo.
"Estoy a favor del trasvase Tajo-Segura, pero queremos que todas las cuencas de España estén interconectadas"
P. ¿Está usted a favor del trasvase Tajo-Segura?
R. Sí, estoy a favor. Soy de Talavera de la Reina y he visto a los partidos políticos utilizar el trasvase para generar la idea de que el problema de los agricultores es ese, cuando no es así. El problema de los agricultores es que la provincia de Toledo no dispone de las infraestructuras hídricas necesarias. Para ser más explícito, nosotros queremos que, a través de un Plan Hidrológico Nacional, todas las cuencas de España se unan a través de los trasvases, no solo el Tajo-Segura. Es de sentido común pensar en infraestructuras que permitan almacenar el agua y llevarla a todos los rincones de España donde haga falta. El mayor consumidor de agua en España es el mar y eso no puede ser.
P. La realidad actual es que Castilla-La Mancha, una tierra seca, es el único rincón de España que cede agua a otras comunidades autónomas. ¿A su juicio eso debería cambiar si se redacta un nuevo Plan Hidrológico Nacional? ¿De qué otros lugares del país podría llegar agua a Castilla-La Mancha y Toledo?
R. Del Ebro, por ejemplo. También ha habido mucha manipulación con el trasvase y la guerra del agua. Se dice que el río Tajo está enfermo, pero su problema no es el trasvase, sino que falta mucha depuración para acabar con los vertidos. La Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha debería explicar a qué ha destinado los millones de euros que paga la Región de Murcia por el trasvase. Castilla-La Mancha no da el agua a la Región de Murcia y ya está. No, no. La Región de Murcia está pagando el agua trasvasada y estaría bien saber qué ha pasado con ese dinero.
P. Vox y usted mismo apelan frecuentemente a la necesidad de reforzar la seguridad en la provincia de Toledo, aunque se mantiene seis puntos por debajo de la media nacional en la tasa de criminalidad. ¿Considera que la inseguridad se ha convertido en un problema para los toledanos?
R. En el norte de la provincia de Toledo, claramente sí. En poblaciones como Yuncos, Numancia de la Sagra, Illescas, Escalona o Torrijos se ha perdido la tranquilidad en los barrios y hay un problema muy grave de falta de seguridad. Hay parte de la delincuencia de Madrid que se está trasladando a estos municipios porque hay menos policías municipales y guardias civiles. Las noticias de plantaciones de marihuana, atracos, robos de mercancía a transportistas, etc. se están convirtiendo en habituales. Es algo que hay que atajar de raíz, poniendo a más agentes en las calles y endureciendo las leyes, también contra la okupación, que no solo genera un problema al propietario afectado, aunque es cierto que en muchas ocasiones puede ser un banco y no un particular, sino a todas las personas que viven en los edificios de alrededor, porque hay problemas de peleas, de venta de drogas, etc. También ayudaría, ya nacionalmente, controlar las fronteras para que la inmigración venga de forma controlada y a buscarse la vida mediante el trabajo. Ahora estamos recibiendo verdaderas avalanchas de inmigrantes y estas personas, como no hay trabajo para todos, se ven obligadas a delinquir.
P. Usted llegó a afirmar en una entrevista que España se está enfrentando a una "invasión migratoria". ¿Considera que la inmigración supone un problema para la convivencia en la provincia de Toledo? Ningún estamento judicial ni policial ha alertado hasta el momento sobre ello...
R. Pues en algunas zonas de la provincia de Toledo sí se están empezando a generar guetos. Evidentemente, nosotros queremos evitar que acabe pasando en España lo que ocurre en Francia, donde tienen un problema muy, muy grave con este asunto. En Francia ya hay muchos barrios donde la policía ya ni siquiera entra. ¿Sucede eso en Toledo? Afortunadamente, no. Pero si ahora no controlamos la inmigración, en unos años podría llegar a suceder.
"Las competencias en Sanidad, Educación y Seguridad deberían volver al Estado"
P. Uno de los objetivos de Vox es acabar con las autonomías. ¿Por qué cree que a Castilla-La Mancha le iría mejor sin ser Castilla-La Mancha?
R. Porque el sistema autonómico recorta libertades a los ciudadanos. Se ve claramente en la provincia de Toledo, donde los ciudadanos de Yeles, Seseña o Esquivias no pueden utilizar el hospital de Parla porque, pese a que lo tienen a 20 kilómetros, pertenece a la Comunidad de Madrid. Y lo mismo ocurre con los centros educativos o con los medios de transporte. Las comunidades autónomas han creado fronteras ficticias que hacen que los españoles, hoy por hoy, no seamos iguales. Las competencias en Sanidad, Educación y Seguridad deberían volver al Estado. Además, el sistema autonómico ha generado a lo largo de los años una industria política que supone un gasto público tremendo y en muchas ocasiones improductivo, porque tenemos que mantener 17 parlamentos autonómicos, 1.200 diputados regionales con sus respectivos asesores, organismos duplicados, etc.
P. Pero Vox también forma parte de esa supuesta industria política improductiva que usted critica...
R. Somos un partido constitucionalista y tenemos el objetivo de acabar con las comunidades autónomas, pero siempre cumpliendo las reglas del juego democrático. Por eso nos presentamos a las elecciones autonómicas y recibimos subvenciones como todos los demás. Vox, como partido político, no puede renunciar a ellas y afrontar las campañas electorales en desigualdad de condiciones. Lo que plantea Vox es la necesidad de preguntar a los españoles, mediante un referéndum, si consideran que los partidos políticos, los sindicatos y la patronal deben recibir subvenciones o deben sostenerse únicamente con las cuotas de sus afiliados.
P. ¿Qué infraestructuras básicas va a reclamar para la provincia de Toledo como diputado nacional?
R. Hace falta un tren convencional de altas prestaciones que conecte Talavera con Madrid, pasando por Torrijos y la zona de la Sagra; firmar los convenios necesarios para que los Cercanías de Madrid paren en Ocaña o en Seseña, donde hay que construir un aparcamiento disuasorio; y también el tercer carril de la A-42, que evite los colapsos bestiales que se producen cada día en la zona de Illescas.