Una nueva temporada hábil de caza mayor y menor se ha iniciado este domingo 8 de octubre en Castilla-La Mancha, que tiene 150.000 licencias de caza vigentes. El período de caza menor se mantendrá hasta el 8 de febrero, mientras que la caza mayor se permitirá hasta el 21 de febrero.
La gran novedad es que, este año, no hay cupos de jabalí debido a la sobrepoblación existente en toda la región. Además, en las provincias de Cuenca y Guadalajara se han establecido medidas encaminadas a reducir la sobreabundancia de ungulados de especies como ciervo, gamo y corzo, mientras que en la de Albacete ocurre lo mismo con la cabra montés.
También se va a permitir la realización de una batida de gestión adicional a las cacerías colectivas programadas en los planes de ordenación, mientras se va a prohibir el uso de visores térmicos durante la práctica de la caza de liebres.
14.000 empleos
La consejera de Desarrollo Sostenible, Mercedes Gómez, ha resaltado la importancia de la actividad cinegética en el desarrollo socioeconómico de las áreas rurales de Castilla-La Mancha. "El sector moviliza cerca de 600 millones de euros y crea unos 14.000 puestos de trabajo", ha recordado en una nota de prensa remitida por el Gobierno regional.
Gómez, además, ha puesto en valor el impulso que está dando el Ejecutivo presidido por Emiliano García-Page a la caza social, destacando la recuperación paulatina a lo largo de estos últimos años de los cotos sociales. "Más de 13.000 hectáreas de terrenos cinegéticos que facilitan el acceso a la caza de toda la población, iniciativa a la que hemos unido la gratuidad de las licencias para todos aquellos vecinos y vecinas empadronados en nuestra región", ha subrayado.
Esta temporada, Castilla-La Mancha contará con nueve cotos sociales, tras sumarse el de Riofrío, en Ciudad Real.
Por último, la consejera ha recordado la importancia de realizar una actividad cinegética sostenible, responsable y respetuosa, ya que juega un papel fundamental en la prevención de enfermedades de la fauna silvestre, en el control de los excesos de población de algunas especies, en la conservación de la biodiversidad y en la salud del entorno.