El mismo día que se ha conocido que su hermano gemelo se ha dado de baja como afiliado del PSOE por la "deriva" del partido, Emiliano García-Page ha seguido con su incesante pugna teórica y verbal contra los argumentos del independentismo catalán en plenas negociaciones del entorno de Pedro Sánchez con Junts para que Carles Puigdemont dé su visto bueno a mantenerle en la Moncloa vía investidura.

Y, en esta ocasión, el presidente de Castilla-La Mancha lo ha hecho desde un lugar simbólico, la localidad albaceteña de Almansa, donde en 1707 se libró una de las batallas más importantes de la guerra de sucesión española. Siete años más tarde, el 11 de septiembre 1714, en los estertores del conflicto, los soldados de las tropas borbónicas de Felipe V asaltaron Barcelona. Una parte de Cataluña se había puesto del lado del archiduque Carlos de Austria, pero no pudo evitar la capitulación de la capital, por lo que el independentismo actual considera esa fecha como la del comienzo de una supuesta opresión de una tierra hasta entonces libre

"En realidad no fue así", ha asegurado Page, que ha continuado diciendo: "El único tema fue que los grandes señores feudales de Cataluña apoyaron al bando que perdió la batalla de los Borbones y los Austrias".

Según Page, la batalla de Almansa decidió la historia de España "en buena medida" y "desmiente una de las grandes falsedades" que se plantean desde el independentismo catalán, que reivindica 1714 como la fecha en la que España les "oprimió".

"En contraposición histórica pone de manifiesto la gran falsedad o mentira sobre la que se quiere inventar un nuevo fuero, por no decir privilegios", ha finalizado.