La trata de mujeres sucede muy cerca de todos nosotros. Lo sabíamos, pero vivíamos insensibilizados hasta que Mabel Lozano (Villaluenga de la Sagra, Toledo, 1967) nos abrió los ojos. Y es que la toledana ha dedicado los últimos 20 años de su vida a denunciar los estragos que causa la prostitución a través de proyectos documentales, incluidos dos cortometrajes ganadores de un Goya. La última de estas estatuillas la ha recibido este 2024 por Ava, una producción que habla sobre la trata de mujeres con discapacidades intelectuales. "He vivido este premio con verdadero entusiasmo, sobre por la visibilidad que aporta al contenido", ha asegurado a este periódico.
Mabel inició su lucha por los derechos de las mujeres en 2004 y, aunque es consciente de que poco a poco hemos ido avanzando, asegura que "no nos tenemos que despistar". "Hay que tener claro que el feminismo es uno y único, y lo que hay que hacer es seguir trabajando para hacer un mundo mejor", ha señalado la cineasta, que sueña con vivir en una sociedad "donde hombres y mujeres caminen juntos, uno al lado del otro".
"Yo tengo dos hijos mellizos. ¿Alguien puede pensar que yo quiero más derechos o más obligaciones para mi hija que para mi hijo? Yo quiero que los dos vayan de la mano. No quiero mi hijo piense que tiene derecho a comprar a una mujer y no quiero que mi hija tenga que elegir entre ser madre o promocionarse profesionalmente", ha señalado la toledana, para quien sería "maravilloso" acabar con el techo de cristal y que los sillones de las empresas los ocupara "quien tenga más talento".
"Es cierto que las mujeres ocupan cada vez más espacios profesionales, pero las cargas familiares las siguen llevando ellas", explica Mabel, que pide seguir alzando la voz para conseguir una igualdad real. "No podemos bajar la guardia. Hasta ahora el feminismo solo ha hecho cosas buenas y ese es el camino".