El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page y su homólogo andaluz, Juanma Moreno Bonilla, han escenificado este sábado la relación de entendimiento que existe entre ellos y han pedido que este clima de cordialidad entre dos mandatarios de diferente signo político sea el que impere a nivel nacional.
Page ha vuelto a visitar Sevilla, donde ya pasó parte de la Semana Santa, para participar en un acto de conmemoración del 40º aniversario de la fundación de la Casa de Castilla-La Mancha en la capital andaluza junto a su vicepresidente segundo, José Manuel Caballero.
El presidente castellano-manchego ha presumido de la buena sintonía que mantiene con el presidente andaluz "a pesar de la diferencia de partidos" y ha confesado que a España "le iría muy bien" si hubiera la misma relación entre el resto de comunidades. No obstante, ha reconocido que "hay alguna excepción porque algunos ponen muy difícil lo de llevarse bien con ellos", sin decir ningún nombre.
"Parece que estamos condenados a tener discrepancias, pero puedo decir del presidente de Andalucía, y es norma general, que hay un gran entendimiento”, ha manifestado.
En este sentido, ha destacado que como presidente autonómico su intención "no se ser mejores castellano-manchegos a costa de ser peores españoles o perores vecinos de Andalucía o Extremadura".
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Page ha reivindicado que tanto Andalucía como Castilla-La Mancha representan "lo que quería este país en el año 78 con la Constitución", por lo que ha pedido que "no usamos las autonomías para ser menos o para rompernos, sino para intentar cooperar sabiendo que no somos 17 países”.
Además, ha recordado que en materia de financiación Andalucía y Castilla-La Mancha tienen "intereses comunes" al ser dos de los territorios infrafinanciados -los otros dos son Murcia y la Comunidad Valenciana- según un estudio llevado a cabo por la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea).
No quieren disputarse sus cargos
Page ha cerrado con su intervención un acto que por protocolo debería haber clausurado Juanma Moreno. Sin embargo, el presidente andaluz ha entendido que al encontrarse en la casa de Castilla-La Mancha era el presidente castellano-manchego el anfitrión y ha tenido a bien invertir el orden de intervenciones.
El mandatario andaluz, en un breve discurso en el que no ha hablado ni de disputas territoriales ni de financiación, ha bromeado con Page por su segundo viaje a Sevilla en pocas semanas y se ha preguntado si quizá su intención es quitarle el puesto como presidente de la Junta de Comunidades de Andalucía. "Lo vas a tener difícil, como yo lo tendría quitártelo a ti en Castilla-La Mancha", ha apuntado.
El presidente de Castilla-La Mancha ha continuado la broma durante su intervención admitiendo que "no tengo ninguna intención, lógicamente, de pleitear por ningún cargo, ni aquí ni fuera de Castilla-La Mancha, y a lo mejor ni en mi tierra".
Moreno ha cerrado su discurso subrayando la necesidad de "invocar siempre el principio de igualdad entre españoles vivan donde quieran vivir, para tener los mismos servicios públicos y bienestar seamos de donde seamos".