Cristina Maestre (Ciudad Real, 1975) es eurodiputada desde 2019 y quiere volver a serlo al menos cinco años más. Al figurar en el puesto número 12 de la lista electoral del PSOE a las elecciones europeas del próximo domingo 9 de junio no tendrá en problema en conseguirlo. Menos si cabe de cumplirse su pronóstico: cree que su partido ganará los comicios "claramente", pese a los "bulos" de la ultraderecha y a que el PP está "permanentemente atacando" como estrategia de oposición.

Su confianza viene dada porque considera, tal y como ha explicado durante una entrevista concedida a EL ESPAÑOL - EL DIGITAL CLM, que el PSOE representa "lo que quiere la mayoría social de este país, que es más convivencia, más respeto y más Europa". La también vicesecretaria general de los socialistas castellano-manchegos, sin embargo, advierte a los ciudadanos que el modelo social, de crecimiento y de convivencia europeo corre el riesgo de desaparecer tal y como lo conocemos si los extremismos y el euroescepticismo salen fortalecidos este 9J.

Trabajadora social, exconcejal de Daimiel durante sus inicios en la política y exsenadora entre 2004 y 2011, promete trabajar desde las instituciones europeas por defender los intereses de Castilla-La Mancha, especialmente en materia hídrica, de los jóvenes y de unos agricultores y ganaderos que necesitan más ayudas en vez de verse obligados a estar "todo el día con la carpetita debajo del brazo" atrapados por la burocracia.

Cristina Maestre responde a EL ESPAÑOL - EL DIGITAL CLM en la sede del PSOE de Castilla-La Mancha. Javier Longobardo

P.– Buena parte de la campaña electoral del PSOE se ha basado en movilizar al electorado para frenar a la ultraderecha el próximo domingo en las urnas. ¿Por qué cree que están creciendo los movimientos extremistas en toda Europa?

R.– Tiene mucho que ver con la recuperación de técnicas de propaganda política que a mí me recuerdan a los métodos de Goebbels en el nazismo. Las fuerzas de extrema derecha hacen una propaganda constante en torno a bulos y mentiras, que repiten hasta la extenuación a través de las redes sociales ayudados por los algoritmos. Y esos mecanismos se están extendiendo, desgraciadamente, porque es más fácil creerte un tuit o un vídeo de 10 segundos que tomarte el esfuerzo de contrarrestar una información. 

Estamos viendo cómo lo hacen Trump, Milei, Vox y otros partidos de la ultraderecha que están proliferando. Utilizan la deshumanización de los contrarios, porque solo falta que a los socialistas nos digan que nos merendamos a los niños, y cuestionan la legitimidad de las instituciones democráticamente elegidas. Podrá gustar más o menos un presidente, pero ha sido elegido por los ciudadanos atendiendo a las normas que nos da la Constitución. Punto. Pero esto no es algo exclusivo con Pedro Sánchez porque ahora se les atragante tener un presidente socialista, sino que el Partido Popular siempre ha empleado la crispación cuando ha estado en la oposición. Ya pasó con Zapatero y con Felipe González.

Por eso, el afán del PSOE en esta campaña es hacer entender a los ciudadanos que no solo nos estamos jugando el modelo de Europa que queremos, sino los valores más básicos de la democracia. No digo que vayamos a volver una dictadura, aunque tampoco lo descarto, pero hay que recordar que todos los populismos que han gobernado en Europa y en el mundo han entrado por la puerta democrática, mediante el voto, pero luego lo han utilizado para pisotear la democracia. 

P.– Si la ultraderecha gana más poder en el Parlamento Europeo, ¿qué futuro le depara a la Unión en los próximos cinco años?

R.– A estas alturas todo el mundo identifica a la Unión Europea como un proyecto de integración que nos ha dado la vida a países como el nuestro, que venía de una dictadura. Pues todo lo que ha aportado a España en políticas de cohesión, de crecimiento económico, de desarrollo sostenible en la agricultura, en el medioambiente, en inversiones millonarias para zonas donde de otro modo ya se hubiesen cerrado miles de pueblos, volvería hacia atrás.

Solo hay que pensar en lo que ha pasado con la crisis Covid y qué hubiese sido de España si hubiésemos tenido que afrontar la investigación en vacunas o en tratamientos, la inversión en aparatología, en atender a las empresas o proteger a los trabajadores para que no fueran despedidos.

"Sin los fondos de la Unión Europea tras la pandemia y la guerra de Ucrania, España estaría en la ruina"

No podemos olvidarnos de que sin la ingente cantidad de fondos económicos que ha destinado la Unión Europea para frenar el impacto de la crisis Covid, y después de la crisis de Ucrania, nuestro país estaría en la absoluta ruina. 

P.– Usted, a lo largo de esta campaña, está dirigiéndose insistentemente a los jóvenes de Castilla-La Mancha para que voten al PSOE el próximo domingo. ¿En qué les afecta a su porvenir la configuración del Parlamento Europeo?

R.– Hace diez años, durante la crisis financiera, los jóvenes fueron los grandes olvidados, unos paganinis que llegaron a superar el 57 % de paro en España. Les ha hecho falta más de una década para poder recuperar un nivel de empleabilidad aceptable, que no digo ni siquiera decente, porque siguen siendo los que más vulnerabilidades expresan en el mercado laboral. Para nosotros es una urgencia atenderlos, porque son los trabajadores del presente y una pieza clave en el entramado europeo.

En Europa, después de tener las mejores universidades y la generación a mejor formada, está habiendo una migración clara y evidente de jóvenes que se van a otros estados a buscarse el empleo porque allí tienen más posibilidades de coger el ascensor social y porque hay mejores salarios. Tenemos que trabajar para que los sueldos, igual que en España se ha subido de forma periódica el SMI, en Europa se garanticen salarios acompasados al coste de la vida en cada estado. Desde el PSOE hemos impulsado becas y la Garantía Juvenil, con el rechazo muchas veces del Partido Popular y Vox.

Un Partido Popular que también dice en Europa que garantizar el acceso a la vivienda es una competencia nacional, algo que no es verdad. Gracias a los fondos Next Generation, aquí en Castilla-La Mancha y en toda España se va a invertir para generar la mayor bolsa de vivienda de las últimas décadas.

P.– Sumidos en un ciclo electoral casi permanente en los últimos años en España, con una tensión política inaudita desde la Transición y con las instituciones europeas a cientos de kilómetros de distancia. ¿Teme que la participación se desplome este 9J? ¿A quién beneficiaría y a quién perjudicaría ese escenario abstencionista?

R.– Es cierto que la participación en las elecciones europeas casi siempre baja respecto a las convocatorias nacionales o autonómicas, pero también es cierto que el interés de los ciudadanos hacia las instituciones europeas va subiendo, porque durante esta última legislatura han percibido medidas que han cristalizado de una forma muy evidente, mucho más que antes, por la importancia que han tenido en los momentos más complicados, como la crisis Covid y la guerra de Ucrania.

Los ciudadanos, a través del Eurobarómetro, se expresan muy claro: en España el 75 % dicen que Europa les protege y les ayuda, y les parece un instrumento que ha sido muy positivo para nuestro país. Por lo tanto, en consonancia con esa visión en positivo de Europa, consideramos que la participación va a aumentar.

"Si sigue avanzando la ultraderecha antieuropeísta estarán en riesgo los valores de democracia, paz y concordia"

Mientras que el resto de los partidos están polarizando mucho, hablando de asuntos nacionales o buscando culebrillas informativas, desde el PSOE estamos trabajando para que la participación aumente. Estamos haciendo pedagogía para que el ciudadano sepa que no se puede quedar en casa, porque si sigue avanzando la ultraderecha antieuropeísta estarán en riesgo los valores de democracia, paz y concordia de la Unión Europea.

P.– El PP y Vox acusan a Europa de estar detrás de buena parte de los males del sector primario de Castilla-La Mancha. De la candidata socialista a las elecciones europeas, Teresa Ribera, dicen que es una "ultraecologista" y de usted misma critican que es el rostro del Pacto Verde. ¿Qué puede ofrecerles el PSOE a los agricultores y ganaderos de esta tierra?

R.– Insisto en la pedagogía. Punto número uno: el Pacto Verde no solo está suscrito por la derecha, capitaneada por la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, sino por el resto de los partidos políticos, a excepción de los negacionistas de Vox. Punto número dos: todas las organizaciones agrarias sin excepción nos trasladan que sus idearios que pasan por el cumplimiento del Pacto Verde y por la reivindicación de ponerle freno al cambio climático. Cuando nos sentamos con los agricultores son los primeros que nos dicen que no están en contra del Pacto Verde ni de las medidas para frenar el cambio climático porque lo sufren en sequías, en DANAs, en pedrisco, en plagas y en olas de calor.

Por lo tanto, el Pacto Verde que ahora presentan algunos como letal para el campo no solo se lleva aplicando desde hace décadas de una forma directa o indirecta, con mayor o menor intensidad, a través de la Política Agraria Común (PAC), sino que es defendido por los agricultores. Es que es la única forma de frenar el descenso de la productividad del campo, que es la más baja de las últimas décadas por culpa del cambio climático.

Está habiendo mucha demagogia, pero lo que hay que decirle al campo es que necesita más Europa y más PAC, no menos Europa y menos PAC. Hay que poner en marcha más medidas, pero sin imponerlas y consensuadas con el sector primario. El problema que está sufriendo el campo viene por una Unión Europea excesivamente burocratizada, inflexible y taxativa, pero en esta última fase de la legislatura ya hemos aprobado la flexibilidad de la PAC. Ese es el camino. Igual que hemos ayudado a la industria del sector del automóvil o a la minería del carbón, ayudemos al campo, de verdad, a hacer esa transición verde.

P.– Por dejarlo claro. ¿Qué pasos en ese sentido va a defender Cristina Maestre en Europa?

R.– Lo primero es fortalecer y simplificar la PAC. Dotarla económicamente, dando prioridad a los trabajadores del campo. Los socialistas queremos una PAC que sea social, que priorice a los jóvenes agricultores, que priorice al agricultor a título principal, a aquellos que tienen pequeñas explotaciones y que no pueden estar todo el día con la carpetita debajo del brazo yendo a las administraciones para hacer sus plantaciones.

Hay que movilizar fondos de la Unión Europea para modernizar el campo, los métodos de cultivo, con tecnologías asequible y accesibles que permitan a los agricultores regular el uso exacto de fertilizantes, de fitosanitarios, de agua. He visitado zonas desérticas de Israel en las que ya se está haciendo y ha sido muy inspirador.

Este ejercicio de especialización y de compromiso con el campo, por cierto, no se lo he visto a Vox, que no ha presentado ni una sola iniciativa por el campo. Ni una, ¿eh? La primera vez que Buxadé habló en Europa del campo fue dos meses antes de las elecciones. Vox es un partido urbanita que ahora se está intentando poner la gorra para subirse al tractor. Y en el caso del PP, ídem de ídem. En Europa no ha habido ni una sola iniciativa del Partido Popular Español a favor del campo.

"Vox es un partido urbanita que ahora está intentando subirse al tractor. Y el PP, ídem de ídem"

P.– Desde los partidos de la derecha también recuerdan insistentemente que Teresa Ribera se mostró partidaria hace algunos años de prohibir los toros y la caza. ¿Es un obstáculo a la hora de hacer campaña en una región como la nuestra?

R.– ¡Ese es otro clásico! Ya en la época de Zapatero también lo decían. Me da hasta risa. Aquí los años pasan y los toros siguen siendo nuestra fiesta nacional, protegida por muchos socialistas, y si no que nos lo pregunten a los socialistas de Castilla-La Mancha, que defendemos nuestras raíces con mucho orgullo.

También hemos dicho, y en Castilla-La Mancha hemos legislado al respecto, que la caza es esencial para la biodiversidad y que tiene un impacto claro en la economía de los pueblos, porque también fija población. 

Mientras estemos los socialistas en el Parlamento Europeo no va a haber ni un mínimo retroceso en la política de conservacionismo, pero ligado siempre a la combinación y a la conciliación con la caza, porque son esenciales y necesarios ambos.

Cristina Maestre gesticula durante la entrevista. Javier Longobardo

P.– Algunas comarcas de Castilla-La Mancha se encuentran entre las más despobladas del continente. ¿Qué puede hacer el PSOE en Europa para revertir esa situación?

R.– Tengo el honor de poder decir que fui impulsora de una iniciativa que obtuvo la mayoría de apoyo del Parlamento Europeo para poner en marcha una estrategia, incluso una ley, con inversiones directas para las zonas despobladas, además de garantizar unos servicios mínimos en las mismas. La Comisión Europea, hasta la fecha, no ha comprado esa necesidad y cinco años después seguimos pidiéndole a la presidenta Von der Leyen que se tome en serio el tema de la despoblación, pero la derecha europea no ha hecho absolutamente nada.

Nosotros vamos a estar ahí permanente trabajando de forma activa para que se siga invirtiendo en medidas contra la despoblación como la digitalización, el retorno del talento o la mejora del Pacto Rural, en el que el Partido Popular no ha estado interesado y que a nosotros nos parece insuficiente.

P.– Muy vinculado a todo lo anterior, al sector primario y al mundo rural, está el agua. Usted dijo recientemente que si la derecha gobierna en Europa el trasvase Tajo-Segura se perpetuará sine die. ¿Queda margen político y legal en las instituciones europeas para defender los intereses hídricos de Castilla-La Mancha y, a la vez, defender la salud del río Tajo?

R.– Claro que hay margen, siempre y cuando haya una mayoría en Europa que crea en ello. El problema es que, en estas elecciones europeas, la derecha que hasta ahora era proeuropea, proavances en derechos, ahora se ha echado al monte del negacionismo medioambiental y climático con Vox.

Hasta la fecha, Europa ha dicho que se tienen que cumplir la Directiva Marco del Agua y otras muchas que establecen unos caudales mínimos y una protección de la biodiversidad. Pero eso ha sido hasta la fecha y se puede perder si no tenemos una mayoría que defienda la supervivencia del río Tajo y que en Castilla-La Mancha podamos tener acceso a un agua de calidad.

"Europa ha defendido hasta la fecha unos unos caudales mínimos y una protección de la biodiversidad, pero eso se puede perder"

Si gana una derecha enganchada a Vox, una derecha involucionista, ya no habrá una Europa que defienda la Directiva Marco del Agua y tendremos que olvidarnos de hablar del fin del trasvase Tajo-Segura. Se echarían por tierra todas las reivindicaciones que tiene Castilla-La Mancha en materia de agua y los logros que hemos conseguido gracias a las sentencias europeas que nos dan la razón. Eso es lo que está en juego aquí.

P.– Paco Núñez, en una entrevista concedida a este periódico, aseguraba que Castilla-La Mancha ha hecho una gestión "nefasta" de los fondos europeos de recuperación y resiliencia movilizados tras la pandemia y que el 86 % del dinero que ha llegado no ha sido implementado. ¿Es así?

R.– Me gustaría saber de dónde saca el señor Núñez esa cifra, porque el nivel de implementación de los fondos europeos está siendo un éxito, no solo a nivel de instituciones públicas, sino beneficiando ante todo a la empresa, tanto en grandes proyectos como a los pequeños autónomos. En Castilla-La Mancha el nivel de implementación de los fondos va a todo gas y estamos atrayendo a empresas muy potentes.

En una localidad como Motilla de Palancar, por ejemplo, ha cambiado el modelo productivo hacia una economía más modernizada porque una gran empresa, en el marco del PERTE del automóvil, ha apostado por generar allí piezas electrónicas, dando empleo en el pueblo, en la comarca y en la provincia de Cuenca. Es un ejemplo de libro de lo bien que nos están viniendo los fondos europeos.

Está creciendo la natalidad empresarial, el empleo está alcanzando cifras de récord, etc. Todo eso tiene mucho que ver con el impulso de los fondos europeos que, por cierto, están pagando todos los países en función de su riqueza. Eso es muy importante y una forma de democratizar la inversión, porque en la anterior crisis pagaron la deuda los países más pobres.

P.– El PP está presentando estas elecciones europeas como una oportunidad para hacer caer a Pedro Sánchez. ¿Hasta qué punto puede condicionar el resultado del domingo el futuro del Gobierno de España y de la política nacional?

R.– Este mensaje me parece una enorme falta de respeto tanto a las instituciones como a los ciudadanos. Aunque no le guste a la derecha, los españoles decidieron hace un año con sus votos que querían una mayoría progresista en España y así se ha representado en la sede de la soberanía nacional, en el Congreso de los Diputados. Cuando dicen que hay que tumbar al presidente, están queriendo tumbar y retorcer el brazo de la democracia. Aunque la ultraderecha se empeñe en decir lo contrario con sus técnicas de propaganda, tenemos un presidente legítimo.

"Estas elecciones van de si queremos una Europa de crecimiento o una Europa que mire atrás"

Las elecciones del domingo van de otra cosa, de si queremos una Europa institucional de progreso y crecimiento que siga beneficiando a España o si queremos una Europa que mire atrás. Y las fuerzas de la extrema derecha están diciendo abiertamente que si ellos llegan a las instituciones se va a acabar la fiesta europea, que se acabó la inversión, el crecimiento, el apoyo a zonas como Castilla-La Mancha.

También nos estamos jugando la Europa social, las normas básicas de la convivencia. En Europa, hasta la fecha, insisto y subrayo que hasta la fecha, la derecha moderada, los democristianos, el PP europeo, la socialdemocracia y los liberales nos hemos unido siempre frente al involucionismo del euroescepticismo y de los partidos radicales. Hasta ahora hemos dicho que somos una mayoría clara, rotunda y potente, pero resulta que la que primero que lo decía, la presidenta de la Comisión Europea, se echa en brazos de Meloni al igual que el PP se echa brazos de la estrategia de Vox. Hay una derechización que, si tras las elecciones cristaliza en acuerdo, acabará con esa defensa compartida del proyecto europeo.

Cristina Maestre en otro momento de la entrevista. Javier Longobardo

P.– Se dice que la batalla de fondo sobre la Ley de Amnistía recientemente aprobada en el Congreso de los Diputados se va a jugar en Europa. ¿Qué cree que pasará?

R.– En Europa no se habla nada sobre ello, según mi experiencia. El PP español lo ha intentado de una forma insistente y activa, pero hasta en tres ocasiones Ursula von der Leyen y el comisario Reynders les han dicho que hay que respetar las decisiones del pueblo soberano a través del Parlamento. Yo misma, que soy coordinadora de la Comisión de Peticiones, he visto al PP llevarse a sus propios diputados y militantes a hacer de peticionarios como si representaran a todos los ciudadanos.

Von der Leyen, que es del PP Europeo y ha sido interpelada directamente, les ha dicho "por ahí no vayáis, que es la decisión del pueblo y serán las instituciones competentes las que tendrán que analizar la constitucionalidad o no, pero Europa en eso no se mete".

P.– Los resultados de las elecciones europeas de 2019 fueron muy buenos para el PSOE en España y especialmente en Castilla-La Mancha. ¿Cree que es posible igualar o superar los 20 eurodiputados que cosecharon en aquella ocasión?

R.– Las estimaciones que tenemos son sumamente positivas, porque el PSOE sabe que crece en la recta final y que, además, nuestro voto se ejercita en las urnas y no solo en las encuestas. Todos los indicadores nos dan crecimiento aunque partimos de una situación excelente.

Después de una legislatura en la que el PP ha estado atacando permanentemente al PSOE en las instituciones europeas y nacionales, con una política de desgaste claro y de ruido nacional, que las encuestas nos digan que al menos seguiremos como estamos es una excelente noticia. 

"El PSOE va a ganar claramente las elecciones porque el resultado va a estar muy ligado a lo que quiere la mayoría social"

Mi previsión es que el PSOE va a ganar claramente las elecciones y que el resultado va a estar muy ligado a lo que quiere la mayoría social de este país, que es más convivencia, más respeto y más Europa. Y, como el único partido que defiende una Europa más fuerte y más avanzada es el PSOE, tengo muy buenas perspectivas, la verdad.