La dirección regional del PSOE de Castilla-La Mancha cierra filas con su secretario general, Emiliano García-Page, presidente de la Junta de Comunidades, y apoya por completo su declaración institucional de este miércoles, en la que con su ya famoso "hasta aquí", censuró duramente el preacuerdo del PSC con ERC que privilegia a Cataluña en el sistema de financiación autonómica.
Fuentes autorizadas del entorno de Page consultadas por EL ESPAÑOL-EL DIGITAL CLM piden que el pacto sea debatido en el Comité Federal del PSOE para frenarlo antes de dar opcion a que llegue al Congreso, previsiblemente a partir de septiembre. "El pacto es inaceptable y el PSOE no puede asumirlo porque va contra nuestro principios", aseguran desde la dirección regional de los socialistas.
El escenario de que el concierto catalán llegue a las Cortes Generales es la opción que el PSOE castellano-manchego quiere evitar a toda costa, entre otras razones porque situaría a los diputados y senadores de la comunidad autónoma en la seria disyuntiva de tener que decidir su voto entre dos alternativas, y las dos malas: alinearse con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y apoyar un pacto fiscal que su federación regional rechaza tajantemente, o ponerse al lado de Page, votar en contra y provocar un cisma interno de consecuencias imprevisibles.
O magnífico o bochornoso
O sea, dividir su corazón socialista y elegir entre un Sánchez que ha calificado el pacto como "magnífico" o un Page que considera ese mismo acuerdo como "obsceno, grosero y bochornoso". La situación es compleja y, más allá de la investidura de Salvador Illa como presidente de Cataluña, lo que está en juego en el PSOE es su sistema de valores, sus principios políticos y el programa con el que el partido de Sánchez se presentó a las elecciones generales.
Las citadas fuentes lo tienen claro: "Aceptar ese preacuerdo es dar un giro de 180 grados a la esencia del PSOE y supondría defender un discurso intolerable de ERC que atenta directamente contra los principios y el programa socialista".
El entorno de Page confía, por tanto, en que el PSOE sepa utilizar sus mecanismos internos y abra un debate dentro del partido, convocando un Comité Federal con el objetivo de que se ponga freno al pacto con ERC y se evite así su llegada a la Cámara Baja, donde el Grupo Parlamentario Socialista podría resquebrajarse. La investidura de Illa, explican, seguiría su curso desligada de los pasos que se den internamente en el PSOE, dos procesos totalmente separados.
Efecto cascada
Las citadas fuentes creen que el "efecto cascada" provocado en la España autonómica por la declaración de Page tumbaría el preacuerdo catalán en el Comité Federal, mucho más amplio que la Ejecutiva Federal que cerró filas a favor de Sánchez el pasado martes. El PSOE de Castilla-La Mancha cree, en este sentido, que los representantes de otras comunidades autónomas rechazarían también mayoritariamente un pacto fiscal "que muchos socialistas no entienden".
Otra razón de peso para evitar que el "descabellado" pacto llegue al Congreso es que, además de forzar al PSOE a romperse, no habría una mayoría parlamentaria suficiente para sacarlo adelante, de manera que no tendría sentido plantear una votación así de complicada para, encima, perderla. Citan, en este sentido, los rechazos ya hechos públicos de Izquierda Unida, Más País, Chunta, BNG y, por otras razones, Junts, socios de Sánchez en la Cámara Baja que no le darían su apoyo a esta "ruptura de la caja común".
"La convocatoria de un Comité Federal dejaría claro que el acuerdo no puede aprobarse y el PSOE no permite que pueda salir adelante", afirman las citadas fuentes, que ven totalmente improbable "al 99,99 por ciento" que en este contexto pueda llegar el concierto catalán al Congreso. "El PSOE tiene que defender sus principios y combatir el discurso egoísta de ERC", aseguran desde la dirección del PSOE de Castilla-La Mancha, que niegan, sin embargo, que este hipotético rechazo supusiera una "desautorización" a Sánchez.
Desprecio al resto de España
Como viene informando EL ESPAÑOL, la durísima declaración institucional de Page este miércoles desde el Palacio de Fuensalida provocó un "cuerpo a cuerpo" con el propio presidente Sánchez, que de forma displicente respondió al presidente castellano-manchego con una frase que acaparó titulares: "La noticia sería que Page compareciera para apoyar al Gobierno", pronunció entre risas.
Poco antes, Page se cebó fuertemente contra el pacto fiscal catalán, del que dijo, entre otras muchas cosas, que "es el ejemplo de egoísmo y desprecio al resto de España más grave que he visto en muchísimo tiempo", denunciando la ruptura de la igualdad entre españoles que supone y el principio de solidaridad interterritorial.
Después de estas palabras de Page, líderes socialistas de Madrid, Extremadura, Aragón, Castilla y León y Asturias también criticaron con dureza que Cataluña salga del régimen fiscal común.
Es decir, que los barones ponen pie en pared. En las últimas horas, dirigentes del PSOE se han alineado para pedir la convocatoria de un Consejo de Política Federal socialista, el órgano que reúne a todos los líderes territoriales con el secretario general, y abordar así la salida de Cataluña del régimen común de financiación.
El sector socialista más crítico con Pedro Sánchez lleva desde el lunes afeando las condiciones del acuerdo firmado con ERC a cambio de investir a Salvador Illa como president de la Generalitat. Aquel documento, recuerdan estos barones, es un preacuerdo abierto, de compromisos y no oficial, por lo que piden que se debata en el seno del partido.
El Gobierno de Castilla-La Mancha también opina
Por su parte, la consejera portavoz del Gobierno de Castilla-La Mancha, Esther Padilla, ha transmitido este jueves su convencimiento de que la reforma del sistema de financiación autonómica por el pacto con ERC "no va a llegar al Congreso los diputados".
Durante una rueda de prensa este martes en el Palacio de Fuensalida para informar sobre los acuerdos del Consejo de Gobierno, ha recordado que una modificación del sistema de financiación exigiría una reforma de la Ley Orgánica de Financiación de las Comunidades Autónomas, lo que supondría su paso por el Congreso de los Diputados.
"Apuesto a que no va a llegar", ha reiterado Padilla, argumentando que "no hay una mayoría suficiente para que llegue", tomando como referencia la posición manifestada por grupos parlamentarios como Compromís o parte del Grupo Sumar.