La Sección Segunda de la Audiencia provincial de Albacete ha condenado a 18 años de prisión al acusado de asesinar a su socio de un pub de Albacete. Tendrá que indemnizar a los padres del fallecido en 60.000 euros a cada uno y al hermano, en 50.000 euros. La sentencia recoge como hechos probados en el juicio, que se celebró con tribunal de jurado, que acusado y víctima eran socios de un pub de Albacete y que entre ellos habían surgido desavenencias por el negocio, ya que el fallecido "quería echarlo del mismo al tener sospechas de que se quedaba con el dinero de la recaudación".
La Audiencia Provincial de Albacete ha impuesto 18 años de prisión como condena a J.C.G.C. por el asesinato de Jesús Lorenzo en el pub de la calle Tinte que ambos regentaban, un crimen ocurrido en febrero de 2017 que se esclareció tres meses después, cuando la Policía Nacional encontró los restos de la víctima enterrados en una finca del municipio de Viveros.
La sentencia, que puede ser recurrida, ha sido divulgada este viernes por el Tribunal Superior de Justicia de Castilla-La Mancha, y recoge que la privación de libertad se ve reducida a 18 años por la atenuante de drogadicción de J.C.G.C., de 28 años de edad, quien el juicio alegó que Lorenzo murió por una caída fortuita en el almacén del establecimiento.
El fallo judicial reproduce el veredicto de culpabilidad que el tribunal del jurado dictó contra el procesado, donde se considera probado que el acusado y la víctima regentaban el establecimiento hostelero pero surgieron “desavenencias por el negocio”, ya que Jesús Lorenzo sospechaba que J.C.G.C. “se quedaba con dinero de la recaudación”.
Fue sobre las nueve de la mañana del 2 de febrero de 2017 cuando sucedió el crimen: Ambos socios discutieron porque Lorenzo le dijo al procesado “que lo quería echar” y, cuando Lorenzo fue a buscar algo al almacén el asesino fue tras él y le dio “un golpe en la parte posterior de la cabeza con uno de los objetos que allí había, hundiéndolo en su cráneo, a consecuencia del cual comenzó a sangrar abundantemente por la cabeza y por la boca" tras lo que cayó al suelo y falleció.
El cadáver en el congelador
El criminal, según la sentencia, escondió el cadáver en un congelador del pub y lo tuvo allí incluso abierto al público hasta el 7 de febrero, cuando metió el cuerpo en un coche y lo trasladó a su pueblo, Viveros, donde lo dejó “oculto en el maletero de un vehículo abandonado”.
Además, mientras la familia de Lorenzo le buscaba y había denunciado su desaparición en Comisaría, J.C.G.C. “destruyó los discos duros del sistema de grabación y vigilancia” del pub, para “ocultar la acción cometida”.
Fue el 9 de mayo de 2017, tras descubrir el padre del asesino el cadáver, que el asesino sacó el cuerpo de Jesús Lorenzo del vehículo y “le puso gasoil y unas ramas y le prendió fuego, lo mantuvo ardiendo un día entero para posteriormente esparcir las cenizas y los pequeños restos óseos que resultaron”.
La sentencia dice que el asesino “se encontraba bajo los efectos de una politoxicofrenia que le producía una leve alteración de las facultades intelectivas y volitivas”. La sentencia le condena a 18 años de prisión por el delito de asesinato con la atenuante de drogadicción, y le obliga a indemnizar a la familia del fallecido con un total de 170.000 euros.