El alcalde de Albacete, Vicente Casañ, ha presentado la nueva adquisición del Museo Municipal de la Cuchillería, una tijera de escritorio fechada en 1778 y firmada por el artesano albaceteño Gabriel Vega. La pieza, cuya compra ha sido financiada por la Fundación Globalcaja, se expondrá en la Sala de las Tijeras junto a otros 77 ejemplares que datan desde finales del siglo XVI hasta principios del XIX.
El alcalde ha destacado que "el Museo de la Cuchillería es un digno hogar para tantas piezas de excepcional valor, uno de los centros culturales más singulares e interesantes de nuestra ciudad y un espacio único en España" y ha agradecido a la Fundación Globalcaja, representada por su presidente Herminio Molina y su director Francisco Martínez Ortuño, su "tremenda generosidad al haceros cargo de esta maravillosa adquisición", continuando en la línea de colaboración que esta entidad mantiene con el museo desde 2015, según ha informado el Ayuntamiento en nota de prensa.
Casañ, que ha estado acompañado por Teresa García, concejal de Cultura, y otros concejales de la corporación, ha subrayado que "la cuchillería de Albacete es nuestro emblema y nuestro orgullo, una tradición que nos caracteriza y nos identifica en todo el mundo, una tradición que habla por nosotros y que habla de nosotros", recordando que se trata, además, de una industria sólida que ha sabido modernizarse y adaptarse de manera ejemplar a los nuevos tiempos, siendo un importante foco de creación de empleo.
En 2015, 2017 y 2018, la Fundación Globalcaja colaboró con el Museo de la Cuchillería en la adquisición de antiguas tijeras de escritorio que se han ido sumando a los fondos de esta institución, un patrocinio fundamental para recuperar estas obras que forman parte del patrimonio artesanal e histórico de Albacete. Las tijeras constituyen un utensilio cotidiano que se ha utilizado para desempeñar un sinfín de oficios, un delicado instrumento que siempre ha estado presente sobre la mesa de secretarios, notarios, escribanos y cancilleres; en costureros y tocadores. Las de escribanía están entre las más curiosas e importantes a nivel histórico.