El alcalde de Albacete, Vicente Casañ, ha avanzado que el Consistorio ha firmado un convenio con una empresa que se ha dedicado a realizar un catálogo de edificios de interés patrimonial para la ciudad, a fin de evitar que se "pierdan" aspectos que identifican a la capital.

El primer edil ha manifestado que el equipo de Gobierno no quiere que haya más demoliciones en la ciudad que generen "indignación" entre los albaceteños, ya que considera que "hay que proteger aquello que merece la pena".

Casñ ha hecho este anuncio en el Museo de Albacete, antes de hacer un recorrido para conocer de la mano de su directora, Rubí Sanz, y del director provincial de Educación y Cultura, Diego Pérez, los bienes de interés patrimonial e histórico que el Consistorio tiene depositados en esta institución.

Tras formalizar el depósito de bienes de interés patrimonial del Ayuntamiento, ha dicho que es un día "importante". De ahí que haya agradecido el trabajo "con sinergia" que se ha realizado entre el propio Ayuntamiento y la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha a través del Museo Provincial.

De su lado, la directora del espacio museístico ha avanzado que las piezas de la Puerta de Hierros, que sirve de entrada principal a su histórico recinto ferial, y que se encuentran en el Museo Arqueológico, se van a reparar para volver a ser instauradas.

Por su parte, el director provincial de Educación y Cultura, Diego Pérez, ha destacado que el Museo de Albacete es un edificio "emblemático de la ciudad integrado en un paraje carismático" y que alberga una riqueza "histórica y artística".

De igual modo, ha defendido que cuenta con fondos "importantes" que le hacen trascender más allá de la provincia, por lo que ha considerado que "la calidad de los fondos tienen un valor nacional e incluso internacional".

Ha puesto en valor que el museo cuente con nueve salas permanentes en las que se exponen los vestigios arqueológicos desde la prehistoria hasta el presente y que tenga cerca de 19.500 fondos. A pesar de ello, el director provincial ha reconocido que se debería "apoyar más a la cultura" tanto desde la sociedad como desde las instituciones.

Durante todas las semanas, el museo acoge en sus salas diversas actividades que hacen que el museo sea "un órgano vivo" y que consigue que haya una vitalidad y que llega convertir al museo en "uno de los más visitados y considerados de toda España", ha concluido.

Depósitos

Según ha informado en nota de prensa el Consistorio, los primeros depósitos datan de 1926 y desde entonces han sido una veintena de piezas las que el Ayuntamiento de Albacete ha dejado para su custodia y conservación en el Museo. Sin embargo, ha sido ahora cuando se ha dado formalidad, con la rúbrica del oportuno documento, a este depósito.

La última pieza que el Ayuntamiento de Albacete ha entregado al Museo ha sido un azulejo de identificación de manzana y distrito que procede de una casa demolida recientemente en la calle Zapateros y que se guarda como único testimonio de la ordenación de la ciudad en distritos.

Mientras, el primer bien entregado fue la Cruz de Término de la ciudad, que entró en los fondos del depósito en 1926, poco antes de que se inaugurasen las salas del museo primigenio, que estuvo en la planta alta de la Diputación. Esta escultura de piedra del siglo XV, que originariamente estuvo colocada en el camino de salida hacia Valencia, como cruz de caminantes, fue rescatada por Joaquín Sánchez Jiménez, del Cementerio donde había sido trasladada.

Sánchez Jiménez también recogió cinco tablas pintadas del retablo de la ermita de San Antón, fechadas en torno a 1600, cuatro aún conservaban la fábrica de madera del retablo. Todas ellas están expuestas en la sala 10 del Museo. De esta extinta ermita también procede un San José, del siglo XVII, y un Cristo crucificado que Luis Guillermo García Sauco rescató de unos almacenes municipales donde llegó a ser pintado con titanlux blanco.

La escultura de otro Cristo crucificado no corrió tanta suerte y llegó al Museo con los brazos mutilados, el origen de esta pieza gótica es incierto, pues fue encontrada por un trabajador del Museo en el hueco de un árbol en la calle Alcalde Conangla. Tal hallazgo sucedió hace escasas fechas, en 2014. El cristo se custodia en los almacenes del Museo a expensas de ser restaurado.

Un busto del arquitecto Francisco Jareño, que ha servido para hacer dos reproducciones en bronce, una se exhibe en la Biblioteca Nacional y otra ha sido colocada recientemente en la plaza del Altozano, es propiedad municipal desde 1981 año en el que la familia se la donó a la ciudad. Se conserva también en el Museo de Albacete.

Hay otras piezas singulares que dan testimonio de la vida municipal, como dos mazas de madera del siglo XIX; una placa que los empleados municipales entregaron al alcalde en 1910 al entonces alcalde Abelardo Sánchez o un arca de 1862 que estuvo a punto de acabar en un chatarrero, pero que felizmente fue rescatada para dejar testimonio de su utilidad. Este arca tiene tres claveros, pues solo podía abrirse en presencia del alcalde, el secretario y el tesorero, cada uno con su llave, y en ella se depositaron dineros y documentos municipales importantes.

Dos campanas, que estuvieron en la antigua Casa Consistorial ya desaparecida de la plaza Mayor, también se conservaron en los almacenes municipales hasta que en 1991 fueron entregadas en depósito del Museo.

Entre los bienes en depósito hay varias banderas, como una bandera republicana, adaptada para el batallón de voluntarios 25 de julio; la reproducción de la bandera del Regimiento de Albacete contra los franceses que realizó la Universidad Popular en 1991 y el pendón del soldado Juan Mancebo Hurtado Matamoros, una pieza histórica de notable valor que el primer director del Museo de Albacete encontró en el Archivo Municipal. Este pendón estuvo colocado en la Catedral junto a dos banderas que este militar arrancó a los turcos.