Desarticulada una red de estafas por internet que operaba en Castilla-La Mancha y en toda España
La Guardia Civil, en el marco de la 'operación Moraos', ha desarticulado una organización criminal que se dedicaba a estafar a través de Internet a personas de toda España mediante la modalidad de 'vishing'. Han sido detenidas ocho personas y se investiga a otras 16 personas más como presuntos autores de al menos70 delitos.
Según ha informado la Benemérita a través de una nota de prensa, las estafas se habrían perpetrado en las provincias de Granada, Jaén, Albacete, Murcia, Córdoba, Canarias y Málaga, donde los criminales habrían conseguido presuntamente un botín aproximado de 40.000 euros
Los integrantes de esta banda criminal escogían a sus víctimas de personas que habían colgado algún anuncio en Internet. Se ponían en contacto con ellas por teléfono y simulaban que pertenecían a una entidad bancaria para solicitar su colaboración porque tenían que devolverles de manera urgente un pago de 380 euros de la Seguridad Social o de Hacienda.
Para poder transferirles ese dinero, era necesario que instalaran en su teléfono la aplicación 'Bizum', una aplicación de pago entre amigos o particulares que sirve para enviar y recibir dinero con el teléfono móvil. Los estafadores guiaban a sus víctimas en la instalación de la aplicación y durante más de 15 minutos les iban indicando los pasos a seguir.
Estafados
Cuando el proceso finalizaba las víctimas se daban cuenta de que no habían recibido los 380 euros prometidos, sino que habían sido estafados y habían transferido esa misma cantidad a otra persona. El Equipo de Investigación de Delitos Tecnológicos (EDITE) de la Unidad Orgánica de Policía Judicial de la Guardia Civil de Granada se hizo cargo de las primeras seis denuncias presentadas en la provincia de Granada y puso en marcha esta operación.
Durante la fase de investigación, la Guardia Civil ha averiguado que los cabecillas de esta red de estafadores eran una pareja que actualmente tenía su domicilio en la localidad jiennense de Huelma. Una mujer era la que simulaba ser la empleada del banco que convencía a las víctimas para instalar la aplicación y él era el titular de la cuenta donde ingresaban el dinero estafado.
Posteriormente esta pareja se vio en la necesidad de contar con más gente para llevar a cabo las estafas y fueron sumando integrantes a la banda, a los que convencieron para que, a cambio de un 50 por ciento, pusieran a disposición de la organización sus cuentas corrientes para blanquear el dinero estafado y sus teléfonos móviles para realizar las estafas. La Guardia Civil estima que el número de estafados pueda ser aún mayor, "como suele ocurrir con muchos de los delitos que se cometen a través de Internet", según han asegurado.