Vuelve a la actualidad el caso del hombre que mató a su excuñada en Albacete con dos cuchillos
La Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Albacete tiene previsto juzgar el próximo viernes, 1 de octubre, a M.R.G. acusado de asesinar a su excuñada en la casa de ella con un cuchillo de cocina y con un cuchillo grande, siendo acusado de cometer un delito de asesinato y un delito allanamiento de morada por los que le piden 27 años de prisión.
Según consta en el escrito de la Fiscalía, al que ha tenido acceso Europa Press, el acusado se encontraba a la fecha de los hechos en trámites de divorcio con su esposa, M.D.N.L., tramitándose en el Juzgado de la Violencia sobre la Mujer.
Desde que comenzaron las desavenencias en el matrimonio, el acusado mantenía una mala relación con la que era su esposa y con las dos hermanas de esta, A.B. y A., así como con sus padres J.L.N. y J.M.N. a los que en repetidas ocasiones molestaba y llamaba a deshora para preguntarles por el paradero de M.D.N.L. y de los dos hijos menores que tenían en común.
DÍA DE LOS HECHOS
Según el relato del fiscal, fue el 4 de junio de 2018 cuando el acusado salió de su domicilio sobre las 06.00 horas de la mañana en dirección de la casa de su excuñada, A.B.N.L., con la intención de matarla llevando consigo una mochila en la que portaba todos los utensilios necesarios para llevar a cabo su plan y para evitar ser descubierto una vez que la hubiese dado por muerta.
Portaba varios cuchillos, una cinta de celofán ancha por si era necesario atarla, un destornillador, ropa para cambiarse por si se manchaba de sangre, una máscara de la película 'Scream' para evitar ser reconocido por algún vecino y otros objetos pre ordenados a llevar a cabo su plan.
El acusado consiguió acceder al portal de la vivienda de A.B.N.L., sin determinarse si lo hizo por encontrarse la puerta abierta o si la forzó con el destornillador que portaba, y una vez dentro esperó en la escalera hasta escuchar que se apagaba el televisor del domicilio y subir hasta el descansillo del piso en el que vivía ella para colocarse junto a la puerta por la que sabía que iba a salir de forma inmediata.
A.B.N.L. abrió la puerta para salir a trabajar como cada día y fue entonces cuando se encontró al acusado, quedando sorprendida y sin poder hacer nada para evitarlo, cayendo al suelo del interior de su casa dada la intensidad del impacto y consiguiendo así el acusado entrar a la misma, cerrar la puerta y echarse encima de ella para evitar que se moviese.
Pese a que A.B.N.L. intentó escaparse y chillar pidiendo auxilio, el Ministerio Fiscal apunta que el acusado la cogió del cuello y procedió a sacar un cuchillo de cocina que llevaba preparado en el pantalón para, con el mismo y con intención de causarle la muerte, proceder a apuñalarle varias veces en la espalda.
A pesar de que su excuñada le suplicaba que la dejara y le pedía de manera repetida que esperara, el acusado continuó apuñalándola tanto en muslos como en la cabeza. Seguidamente la arrastró por el pasillo hasta la cocina y al llegar allí la dejó tumbada boca arriba, sacando en ese momento de la mochila un cuchillo grande, en forma de machete.
Con él y estando ya A.B.N.L. gravemente herida, sangrando y totalmente indefensa, el fiscal dice que el procesado se puso encima de ella y la acuchilló repetidamente con intención de acabar con su vida, acuchillándola en el abdomen, pecho y cuello, hasta que finalmente, sin más intención que la de incrementar su dolor, le hizo dos cortes en el cuello, uno en cada dirección y se marchó del lugar de los hechos, quedando A.B.N.L. agonizando en el suelo de la cocina donde fue encontrada muerta posteriormente por sus padres varias horas después.
EL ACUSADO SE DESHIZO DE LAS PRUEBAS
Según el fiscal, el acusado, con los dos cuchillos que utilizó, causó unas 100 heridas incisas, algunas de ellas mortales y otras de poca profundidad a su excuñada. Y una vez hubo apuñalado a A.B.N.L., el acusado se dirigió a uno de los baños de la vivienda donde se lavó las manos y se cambió de ropa al observar que estaba manchada de sangre. Se volvió a poner la careta que llevaba para en caso de cruzarse con algún vecino, evitar ser reconocido y se marchó del inmueble.
Ya en la calle, el acusado se deshizo de uno de los cuchillos que había usado, tirándolo en una papelera y se dirigió a su casa para cambiarse nuevamente de ropa. Posteriormente, todos los utensilios que utilizó, incluida la careta y la ropa manchada, los guardó en bolsas y las tiró en unos contenedores de basura.
Como consecuencia de estos hechos, A.B.N.L. sufrió numerosas heridas por arma blanca que le ocasionaron un traumatismo torácico abdominal por heridas de arma blanca que derivaron en una insuficiencia respiratoria, un shock hipovolémico y la muerte.
En el escrito además se recoge que el acusado presenta síntomas emocionales atribuidos a un duelo complicado a raíz del fallecimiento de su primera hija y rasgos de personalidad disfuncionales que no modifican sus capacidades volitivas e intelectivas en relación con los hechos relatados.
PENAS QUE EL FISCAL PIDE PARA EL ACUSADO
Por todo ello, el Fiscal procede imponer al acusado, por el delito de asesinato, la pena de 25 años de prisión; por el delito de allanamiento de morada, 2 años de prisión y una multa de 9 meses con una cuota diaria de 12 euros y costas.
Además, pide que se imponga al acusado la medida de libertad vigilada durante un periodo de 10 años, así como la prohibición de acercamiento a una distancia inferior a 500 metros, al lugar de domicilio y trabajo de los padres y hermanas de A.B.N.L. y la prohibición durante 34 años de comunicarse con ellos en cualquiera de las formas a los padres y hermanos de A.B.N.L.
Por último, el acusado indemnizará a los padres de A.B.N.L. en 60.000 euros a cada uno de ellos y a cada una de las hermanas en 20.000 euros.