El Colegio de Arquitectos de Castilla-La Mancha ha mostrado este viernes su preocupación por las obras que se están llevando a cabo para sustituir el pavimento del Pasaje de Lodares de Albacete, una de las calles más emblemáticas y bonitas de la capital y de toda Europa.
Según ha informado en nota de prensa, distintos sectores han lamentado "la falta de información y consultas con carácter previo al inicio de las obras" y han criticado que no se convocara la Comisión Provincial de Patrimonio Cultural, que reúne a representantes de los ámbitos profesional, académico y cultural vinculadas al patrimonio.
"La importancia del monumento para la ciudad de Albacete hubiera requerido de un proceso previo de consulta en el que se hubiera demostrado empatía, tanto con la opinión de personas facultadas como de los ciudadanos", han señalado los arquitectos, que han denunciado la "absoluta falta de voluntad desde la administración promotora de la actuación".
Tal y como han indicado, "desconciertan las afirmaciones de que el pavimento existente no es el original, sin tener la certeza científica de ello, y el argumento subjetivo de que degrada la imagen general del edificio".
Asimismo, han subrayado que no comparten "los argumentos que han sido aducidos para interpretar la normativa de aplicación al patrimonio protegido, todo ello como justificación para la eliminación del solado del Pasaje".
Por todo ello, ha pedido reconsiderar la recuperación del pavimento "y que se dé acceso al proyecto a los ciudadanos para explicarles el mismo".
Obra del post-modernismo
El Pasaje de Lodares, adscrito estilísticamente al post-modernismo historicista y obra del arquitecto Buenaventura Ferrando Castell en 1925, está compuesto por 44 columnas jónicas y 12 pilastras, sobre las que cae una fachada de tres plantas y ático.
A lo largo de la primera planta se abren balcones de piedra y hierro, con arcos adovelados de medio punto. El ático se compone de una galería de arcos de medio punto, con toda la superficie acristalada.
Las fachadas de acceso destacan también por su monumentalidad, con grandes arcos de medio punto, algo peraltados, y cancelas de hierro que cierran el acceso, tanto por la calle Tinte como por Mayor.