La cuchillería albaceteña ha iniciado, de la mano del Gobierno de Castilla-La Mancha, un proceso de diseño para conectar la artesanía con la gastronomía y atraer así a un nuevo consumidor: aquel para el que no solo es importante la utilidad de la pieza, sino también su aspecto estético. Es el caso de los chefs, para quienes es esencial contar con un tipo de cuchillo adaptado a cada plato, pero con un diseño llamativo y elegante.
En este contexto y coincidiendo con Ibercut, la Feria Internacional de Cuchillería Knife Show que se celebrará en Albacete los días 7 y 8 de octubre, se ha organizado "Ibercut Gastronomy", donde podrán verse las primeras piezas realizadas para ese fin.
Durante la celebración de este prestigioso evento, dos artesanos del sector cuchillero, Manuel Fernández y Ramón González Carlos, presentarán junto a tres reconocidos cocineros de la provincia, Fran Martínez, Quique Cerro y Javier García, piezas adaptadas a platos que elaborarán en distintos showcooking.
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Además, habrá una exposición donde se recreará la sala de un restaurante y donde se mostrarán diferentes diseños contemporáneos basados en técnicas artesanales, utilizando materias primas de proximidad y materiales sostenibles y reciclados.
Gran motor de desarrollo
La destreza del artesano cuchillero junto con su sensibilidad artística han ido forjando a través de los siglos un importante sector productivo que da empleo y sirve como motor de desarrollo a Albacete y su provincia.
La historia de la navaja como cuchillo plegable es universal y antigua. Sus restos se han encontrado en los ajuares de sepulturas de incineración ibéricas de la Segunda Edad del Hierro y en las excavaciones romanas de los últimos años del Imperio. Esta apereció de forma generalizada en España a finales del siglo XVI, aunque ya en el siglo XV está documentado el gremio de cuchilleros de la ciudad.
En las últimas décadas, la navaja ha sufrido ciertas transformaciones para adaptarse a las nuevas necesidades y modas. En otoño de 1964 se constituyó la Cooperativa Cuchillera de Albacete y en junio de 1977 se creó la Asociación Provincial de Empresarios de Cuchillería y Afines (APRECU) que, con distintas iniciativas, ha conseguido difundir y salvaguardar esta industria.
Gracias a ella, en el año 2017, la Junta declaró como Bien de Interés Cultural Inmaterial la Cuchillería y la Navaja Clásica de Albacete, reconociendo esta artesanía como una de las manufacturas que mejor reflejan el noble oficio cuchillero tan arraigado en la capital.