La localidad albaceteña de Letur se ha convertido en el epicentro de la catástrofe ocasionada por la DANA en Castilla-La Mancha. Después de Valencia, donde los fallecidos ya superan el centenar, esta pequeña y vistosa localidad de la Sierra del Segura contabiliza una mujer fallecida y cinco desaparecidos a los que los servicios de emergencia intentan localizar.
Y todo a consecuencia de una riada de proporciones descomunales que engulló literalmente parte de la zona antigua de la localidad llevándose por delante todo lo que encontraba a su paso, casas incluidas.
A estas alturas, la pregunta que flota en el ambiente es, cómo el agua, un elemento sin el que no se puede entender la idiosincrasia de Letur, ha terminado por convertirse en el causante de la mayor catástrofe natural que se recuerda en la localidad.
Para despejar esta incógnita hay que tener en cuenta dos claves: ese arroyo que atraviesa el municipio y una inusual descarga de 230 litros por metro cuadrado que se registró a poco kilómetros a consecuencia de la formación de la DANA.
En un minucioso análisis de lo ocurrido a través de un hilo de X (antes Twitter), la Plataforma en Defensa de las Fuentes de los ríos Segura y Mundo, destacan que el primer factor en el que hay que fijarse para entender todo lo que ha pasado es la orografía sobre la que se asienta Letur, una zona elevada por la que discurre un arroyo -del mismo nombre que la localidad- de manera paralela al casco antiguo del municipio.
Este arroyo nace a pocos kilómetros del núcleo urbano en unas fuentes que han surtido de agua y por tanto de vida, a la zona a lo largo de la historia. Sin embargo, junto al nacimiento se encuentra una rambla de grandes dimensiones que se extiende desde la Sierra de Zacatín hasta el límite con Moratalla, localidad de la provincia de Murcia.
Fue en este lugar donde la DANA descargó 230 litros de agua por metro cuadrado que formaron una tremenda riada que a lo largo del cauce del arroyo en dirección a la localidad.
Barreras que impidieron el curso del agua
Cuando la crecida llegó a Letur, donde curiosamente apenas había llovido, se encontró con una serie de barreras artificiales que según la plataforma fueron clave en el desarrollo posterior de la catástrofe.
"Al acercarnos al casco urbano, el arroyo pasa de cauce natural a encauzamiento de hormigón. Y, como eso es muy feo, lo 'embellecen' con unas barreras transversales que crean una sucesión de 'piscinas'", explican.
Tomando como referencia los vídeos del momento de la riada, desde la Plataforma denuncian como esas 'piscinas naturales' han restado capacidad hidráulica, lo que repercute en un desbordamiento por encima del muro que impide que el agua vuelva a su cauce.
Ante la acumulación de agua, lo natural es que el cauce busque una vía secundaria de evacuación por la parte izquierda, a través de lo que se considera como otra "salida natural" en momentos de grandes crecidas como este.
Sin embargo, al estar ocupada esta vía de desagüe alternativa por construcciones, la crecida varió su recorrido y se metió de lleno en las calles del casco antiguo.
Visto como se desarrollaron los acontecimientos, la Plataforma en Defensa de las Fuentes de los ríos Segura y Mundo no tienen dudas en que esta catástrofe se podría haber evitado.
"No es ni mucho menos la primera vez que ocurre, y la zona ha sido estudiada a efectos del riesgo de inundación. El problema de diseño del canal, puente y calles es bien conocido, pero no se ha solucionado en décadas", han lamentado.
Por ello, emplazan a la Confederación Hidrológica del Segura a "dar prioridad" a este asunto aprovechando el tercer ciclo de planificación del riesgo de inundación.
Mientras tanto, las labores de rescate se centran en localizar a los cinco desaparecidos. El dispositivo, al que se han incorporado como refuerzo 40 efectivos de la Unidad Especial de Alicante, así como unidades caninas, lanchas, maquinaria pesada y un helicóptero, centran sus trabajos en un tramo de cinco kilómetros de la cuenca del río Segura.