Los expertos han constatado la existencia de los malos tratos denunciados por la mujer que afirma que fue obligada a abortar por su expareja, J.M.C.N.A., que está siendo juzgado en la Audiencia Provincial de Ciudad Real acusado de un delito de maltrato habitual, dos de lesiones, uno de aborto y otro de maltrato familiar.
En las diferentes declaraciones realizadas durante la segunda sesión de este juicio, han corroborado que el cuadro clínico que presentaba la presunta víctima reducía sus capacidades cognitivas y sociales, lo que le provoca inadaptación. Situación que han considerado compatible con un esquema de "violencia sostenida a lo largo de la relación sentimental de carácter físico, psicológico y sexual, tal y como ha narrado la presunta víctima".
Entre los síntomas relatados por los especialistas y que recoge el informe elaborado por el equipo psicosocial, han sido repetidos ante la sala el estado de ánimo ansioso-depresivo, los trastornos de conducta alimentaria, trastorno en el patrón de sueño y síntomas compatibles con un cuadro de trastorno de estrés postraumático y autoestima deteriorada, así corno indicadores psicosociales de maltrato por la historia sentimental vivida, escasas relaciones sociales, desmotivación y afilamiento social, que pueden ser compatible con "una situación de maltrato intensa, habitual y continuada".
Todos han destacado la suma gravedad del estado de la presunta víctima, calificándolo muchos de ellos de "severo". "Angustia" y "desesperación" han sido los términos más repetidos. Una de las expertas incluso ha afirmado que en sus 23 años de experiencia no había visto un caso de tal magnitud y otra ha expresado en el estado que llegó a su consulta: "Estaba muy asustada y muy angustiada, estaba realmente rota".
Sentimiento de culpa
Uno de los temas más recurrentes durante la segunda sesión de este juicio es el sentimiento de culpa y de vergüenza que presentaba la víctima, algo que la mayoría han calificado de "normal" este tipo de situaciones ya que se culpa de no haber reaccionado y haberse dejado "manipular y maltratar", además "estaba anulada en su capacidad de toma decisiones".
En medio de toda esta situación, los expertos ven probable que fuera obligada a abortar. "Ante el miedo y las consecuencias se puede mermar la capacidad volitiva, aunque no la cognitiva", han afirmado. Además no ven plausible que abortara por su voluntad porque se ha declarado una persona religiosa, además del sentimiento de culpa y las secuelas psíquicas que ha desarrollado por este hecho. "La persona se vuelve muy sumisa por el miedo intenso, muchas veces no actuamos con lucidez. Eres capaz de hacer algo que no se quiere", han asegurado.
La inexistencia de patología previa y su descripción como una persona alegre, en contraste con la situación en la que se encuentra en la actualidad ha sido otro de los motivos esgrimidos para demostrar la veracidad del relato, que ha sido calificado de "creíble y coherente".