Profesionales sanitarios de los servicios de Tocoginecología, Pediatría, Reanimación y Anestesiología del Hospital Mancha Centro de Alcázar de San Juan en Ciudad Real, han implantado un protocolo de actuación para el contacto inmediato piel con piel entre el bebé y la madre tras las cesáreas de bajo riesgo. Esta práctica optimiza el metabolismo del neonato, favorece el agarre concreto al pecho y aumenta la frecuencia y duración de la lactancia materna.
El contacto temprano piel con piel consiste en colocar al neonato desnudo boca abajo y con la cabeza a un lado sobre el torso desnudo de su madre, apenas nace o poco tiempo después de hacerlo, ya que se considera que en el momento inmediato del nacimiento se producen comportamientos que favorecen la unión entre la madre y el neonato, según ha informado la Junta en nota de prensa.
Esta práctica es habitual en un parto natural. Sin embargo, en los partos por cesárea realizados en el Hospital Mancha Centro hasta la implantación de este protocolo los recién nacidos no tenían la oportunidad de comenzar su adaptación a la vida extrauterina en íntimo contacto con la piel de su madre.
El motivo es que la cesárea es una intervención quirúrgica en la que la madre precisa de una monitorización de constantes y unos cuidados postquirúrgicos que durante las primeras horas se realizaban en la zona de reanimación, donde hasta hace poco no podían ir acompañadas de su bebé.
Uno de los responsables de la implantación de la 'Guía de Buenas Prácticas de Lactancia Materna' en la Gerencia de Alcázar de San Juan, el pediatra David Lozano, ha explicado que el contacto precoz piel con piel reporta "grandes beneficios" tanto para el bebé como para la madre.
"Para el bebé, el contacto inmediato piel con piel favorece la adaptación a la vida fuera del vientre materno, disminuye el nivel de estrés, facilita la regulación térmica, mejora la estabilidad cardiorrespiratoria, disminuye los episodios de apnea, optimiza el metabolismo del neonato mejorando las cifras de glucemia y, entre otras cuestiones, favorece también el agarre correcto al pecho", ha explicado el doctor Lozano.
Asimismo, ha recalcado que esta práctica disminuye la ansiedad materna, desciende el dolor por ingurgitación mamaria (inflamación en el pecho de la madre durante la lactancia) y aumenta la frecuencia y duración de la lactancia materna.
Además, se considera beneficioso porque tiene un efecto analgésico tanto para la madre como para el neonato y contribuye a una experiencia más grata para la madre tras la cesárea, ya que numerosos estudios apuntan a que la cesárea está asociada a una menor satisfacción de la experiencia del parto y está ligada a una mayor frecuencia de depresión tras dar a luz.
Guía de buenas prácticas
Ante todas las ventajas que supone esta práctica, los profesionales de Enfermería de Reanimación, Unidad de Tocoginecología, matronas de Paritorio, anestesistas, pediatras y ginecólogos de este centro hospitalario trabajan de forma coordinada para que todo el proceso de este circuito piel con piel en césareas de bajo riesgo se desarrolle con normalidad.
La iniciativa ha sido impulsada por el Grupo de Apoyo a la Lactancia Materna en su trabajo de implantación de la 'Guía de Buenas Prácticas de Lactancia Materna' como Centro Comprometido con la Excelencia en Cuidados (BPSO).
Un documento desarrollado de manera sistemática para ayudar tanto al personal sanitario como a los pacientes y sus familias en la toma de decisiones relacionada con la atención sanitaria. La puesta en práctica de esta guía ha implicado cambios relevantes en las rutinas de trabajo, dotación de material, unificación de criterios, elaboración e implantación de protocolos e importantes inversiones formativas.