El ex presidente de Castilla-La Mancha, José Bono, ha asegurado que las Cruces de Piedrabuena (Ciudad Real) una de las tradiciones más ancestrales de Castilla-La Mancha, "son verdaderas obras de arte, en las que se nota que hay pasión, ganas, fuerza y emoción" detrás de su realización.
Bono, que en la noche de este jueves ha acompañado al alcalde de Piedrabuena, José Luis Cabezas, y a la consejera de Economía, Empresas y Empleo, Patricia Franco, en el acto inaugural de la apertura al público de las Cruces, ha asegurado a Efe que la cruz que ha visto en el castillo de Mortara es "de lo más innovador" que ha contemplado en este ámbito. Bono, que ha podido también escuchar junto a la consejera del Gobierno regional el canto de 'Los mayos', ha asegurado, que para él ha sido un descubrimiento el conocer esta tradición tan singular.
El alcalde de Piedrabuena, José Luis Cabezas, ha aprovechado la visita Franco y Bono a este municipio para anunciar que el Ayuntamiento ha iniciado los trámites para pedir que las fiestas de las Cruces y Mayos sea declarada de interés nacional, después de que hace dos años lograra que fueran reconocidas como Fiestas de Interés Turístico Regional.
Por su parte, Patricia Franco ha asegurado que la petición de declaración de Fiesta de Interés Turístico Nacional será apoyada por el Gobierno de Castilla-La Mancha. Una declaración, ha apuntado, "que todo el pueblo se merece" y que, en su opinión, "contribuiría a mantener una tradición" muy popular y cuenta con un gran arraigo en la región.
Los orígenes de esta tradición los sitúan los historiadores en 1212, año en que Alfonso VIII encabezó la reconquista de España y desde el que entonces se conoce en este municipio la devoción a la Santa Cruz. Durante los primeros días del mes de mayo, los vecinos reproducen altares en los que instalan dos variedades de cruces, de tela y brezo, que son colocadas en las habitaciones de sus casas que esos días se abren al pueblo.
Para adornar las cruces, que se instalan sobre un altar, los vecinos emplean telas con las que se revisten todos los espacios de la habitación, que las dotan de luminosidad y majestuosidad. La otra variedad es la que se elabora en brezo y que se realiza revistiendo el altar central sobre el que se instala la cruz con plantas de brezo florecido en color púrpura o blanco, en las que el agua, el musgo, las plantas y los animales son utilizados para aderezar la estancia.
Junto a las Cruces cobran especial importancia el canto de Los Mayos, considerado otra joya del patrimonio etnográfico regional.