Un vehículo aparcado a la altura del número 6 de la calle Cruz de Ana María ha ardido esta pasada madrugada quedando prácticamente calcinado y dejando un importante rastro del humo en la acera y en el bloque de pisos colindante, en cuyos bajos se encuentra el bar La Clave.
El dueño del coche, que vive en ese domicilio, no pudo hacer nada por detener un fuego que necesitó de la intervención de los bomberos y que, según las primeras hipótesis, se podría haber originado “por un cortocircuito en el maletero”, según comentaban esta mañana los vecinos de la calle.
Se da la circunstancia de que hace tres años, un vehículo de la misma marca (BMW) aunque un modelo diferente, también se prendía la mañana de un 19 de julio de una manera parecida en la calle Herrera. El peritaje posterior concluyó que el origen de esa combustión fue un fallo eléctrico en las luces trasera del coche.
Como es natural, el incendio, cuyas llamas alcanzaron la parte alta de los pisos cercanos, sobresaltó a los vecinos. Entre ellos a Mari Cruces Loro Loro, madre de la dueña del bar La Clave, que ese mismo día había empezado sus vacaciones. “Qué miedo pasamos, nunca había visto algo parecido”. comentaba.
El incidente se saldó sin daños personales, pero en el bar el humo “lo inundó todo, no se veía nada ni las paredes ni las sillas”, aunque afortunadamente el fuego no se propagó en su interior. “Fue horrible, la noche fue larguísima”, comentaba. Lógicamente, ese mismo humo también afectó a los pisos más cercanos, especialmente “al primero”, el más cercano al incendio, pero donde no vive nadie en estos momentos.
El fuego se inició alrededor de las dos menos cuarto de la madrugada y para su extinción se desplazaron efectivos del parque de bomberos de Daimiel, que contaron con la colaboración de agentes de la Policía Local y de la Guardia Civil para perimetrar un cordón de seguridad.