Al menos una veintena de técnicos se pondrá en marcha con carácter inmediato a controlar la extracción de agua de masas subterráneas en el entorno del Parque Nacional de las Tablas de Daimiel, al que también se aportará el agua suficiente para humedecer su superficie y evitar un episodio de ignición de la turbera, como el que ya ocurrió hace una decena de años.
Así consta en el Plan Especial de Control y Uso del Agua en la Zona de Influencia del Parque Nacional de Tablas de Daimiel elaborado por la Confederación Hidrográfica del Guadiana y que está en su última fase de tramitación administrativa, a la espera de aprobación definitiva por la Dirección General del Agua del Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico.
Precisamente, el pasado 26 de enero, centenares de daimieleños se concentraron en Ciudad Real en defensa del Parque Nacional para denunciar la situación crítica en el humedal y en la que pidieron un trasvase de urgencia --el último se efectuó en 2009-- para paliar la falta de agua.
En la concentración, el alcalde de Daimiel, Leopoldo Sierra, insistió en la necesidad urgente del trasvase para mantener la superficie mínima encharcada en el parque que prevé la ley "para no volver a la situación de 2009, cuando de forma natural se incendiaron las turbas". "Si todos cumplimos con la normativa establecida en el PRUG, esta situación tan extrema no se produciría", añadió.
El citado PRUG señala que el organismo de cuenca debe garantizar los aportes de caudales necesarios para la inundación y conservación de la biocenosis del Parque Nacional.
Entre las distintas opciones existentes, fuentes del Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico han señalado a Europa Press que, a día de hoy y en la situación actual, la mejor opción para humedecer la superficie de Tablas de Daimiel es la opción de la batería de pozos, que responde mejor a la actual situación de emergencia, aunque no se descarta que se contemplen otras opciones.
El citado Plan Especial diseñado por la Confederación Hidrográfica y al que ha tenido acceso Europa Press contempla una actuación de unos 3 millones de euros que se aplicarán durante 36 meses en controlar las extracciones de agua en las masas de agua que componen el acuífero 23, en la Mancha Occidental I, Mancha Occidental II y Rus Valdelobos. De acuerdo con el plan, ya se ha incorporado a 8 técnicos a los ya existentes y pronto se sumará una docena de efectivos más.
Para ello, establecerá un sistema de seguimiento de las presiones asociadas a esta unidad hidrogeológica. Asimismo, el citado plan recoge que el seguimiento será "tanto más intenso cuanto más cercanos sean los aprovechamientos a la zona de protección del Parque Nacional de las Tablas de Daimiel".
La Confederación Hidrográfica calcula que en el Alto Guadiana existen unas 60.000 captaciones de agua legales a las que se añaden otras 1.648 censadas que no fueron legalizadas en un plan especial del año 2008.
El refuerzo de estas inspecciones está en línea con la voluntad del Ministerio de intensificar los trabajos para proteger las masas de agua subterráneas para reforzar las inspecciones de los pozos. De hecho, ya se ha trabajado en el entorno de Doñana y, a raíz del episodio de contaminación en el Mar Menor, también se ha actuado en la zona a través de la Confederación Hidrográfica del Segura.
Ahora llega, por tanto, el turno de las Tablas de Daimiel, aunque, en definitiva, todas las confederaciones hidrográficas están elaborando sus planes y, hasta ahora se ha trabajado en el entorno de Doñana, también en el Mar Menor y ahora se va a poner en marcha en el entorno de Tablas de Daimiel.
Desde el Ministerio han indicado que la voluntad del Gobierno es reforzar las inspecciones sobre las extracciones de agua subterránea.
Precisamente, la semana pasada, con motivo del Día de los Humedales, el Ministerio anunció que va a trabajar en un Plan Estratégico de Humedales que permita estabilizar estos enclaves y superar así los problemas críticos que estos padecen y que se agravarán por el cambio climático.
Así, añaden que esta no es solo una situación específica de Tablas de Daimiel, sino que hay otros humedales en situación crítica, como Doñana, la Albufera de Valencia o el Delta del Ebro, humedales costeros y continentales que requieren de soluciones diferentes ante la común intervención humana en el medio ambiente.