Profesores de Geografía Física de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM) investigan la aparición de un nuevo chorro de agua, probablemente ligado a la actividad volcánica del Campo de Calatrava, que ha aparecido en Almagro (Ciudad Real) y que llega a alcanzar los 10-15 metros de altura.
Según han explicado a Efe fuentes del Grupo de Investigación GEOVOL, del Departamento de Geografía y Ordenación del Territorio de la UCLM, se tiene constancia desde el día 1 de abril de la aparición de este fenómeno que se comporta de una manera distinta a otras surgencias de agua que han aparecido en esta zona volcánica de la provincia de Ciudad Real.
Vecinos de Almagro alertaron a principios del mes de abril de que un nuevo chorro de agua y gas aparecía de forma intermitente en una parcela agrícola de Almagro.
En concreto el primer suceso se produjo el 1 de abril en torno a las 12 de la mañana, el segundo el 5 de abril también sobre esa hora y el último tuvo lugar ayer mismo, también sobre esa hora.
El chorro se elevaba unos 10-15 metros durante unos minutos y de la misma forma que aparecía, desaparecía.
Al tener conocimiento del hecho y ante la situación de confinamiento por la pandemia de coronavirus, se pusieron en contacto con los agentes medioambientales de la zona, a quienes le suministraron un medidor de CO2 para evaluar la cantidad de concentración que emanaba en la zona y comprobar si se trataba de una salida a través de algún pozo o sondeo agrícola o era a través de alguna abertura de la tierra.
Una vez localizado el punto exacto de salida del chorro, que se encuentra en un sondeo realizado para construir un pozo, se han tomar medidas de niveles de CO2, justo antes de que el agua fuera expulsada al exterior.
La salida del chorro está precedida de un fuerte sonido de burbujeo desde el interior del sondeo, arrojando mediciones de CO2 antes del evento, que alcanzaron un máximo de 18,68 % (186.800 ppm), mientras que después del evento llegaron al 22 % (220.000 ppm), valores que son 500 veces superiores a los normales.
Además, se registró un ascenso de temperatura en el interior del sondeo de 6ºC, pasando de 15,8ºC a las 11:39 horas hasta 21,8ºC a las 12:19 horas.
El evento hídrico se produjo en un sondeo aparentemente abandonado en medio de un campo de cereal de secano, por lo que se descarta un origen humano como ha sucedido en otros casos al profundizar, limpiar o perforar los propietarios de los terrenos pozos o sondeos.
Los procesos de salida masiva de gases, de forma natural o inducida, son sucesos que sin ser habituales tampoco son extraños en el Campo de Calatrava, y se tiene la primera constancia histórica escrita de ellos en el "Libro de grandezas y cosas memorables de España" en el que se recoge que, en el año 1508, una gran parte de Ciudad Real fue anegada con agua que vino por debajo de la tierra, hundiéndose trescientas casas en el entorno de la puerta de Alarcos.
Pero, sin lugar a dudas, fue el Chorro de Granátula del año 2000, ahora justo hace 20 años, el que cobró fama tras estar emitiendo un chorro continuo de agua, gas y sedimentos a lo largo de 176 días, con alturas máximas que alcanzaron los 60 metros.
Entre el año 2011 y 2013 hasta un total de cuatro chorros surgieron entre las poblaciones de Almagro y Bolaños, al sur de las mismas, y próximas a este nuevo chorro de Almagro.
Todas estas surgencias o chorros son debidas a procesos de desestabilización de los gradientes de presión de acuíferos locales saturados de CO2, gas que procede de la desgasificación de masas magmáticas en profundidad, como así logró identificar en 2011, en el chorro de Bolaños de Calatrava, el Instituto Volcanológico de Canarias (INVOLCAN), dependiente del Cabildo de Tenerife.