El Grupo de Investigación Geomorfología, Territorio y Paisaje en Regiones Volcánicas (Geovol) de la Universidad regional (UCLM) ha determinado que el géiser o chorro de agua de Almagro (Ciudad Real) del que tuvieron conocimiento a primeros de este mes podría llevar activo de forma intermitente, al menos, ocho años.
En un estudio preliminar al que ha tenido acceso Efe, los investigadores han concluido que, con la información disponible hasta la fecha, este chorro, localizado en una zona agrícola del término municipal de Almagro, llevaría funcionando de manera intermitente desde hace unos ocho años, "con manifestaciones súbitas muy efímeras en el tiempo, de menos de 2 minutos, que parecen responder a precipitaciones intensas y subidas del nivel freático que desestabilizan las relaciones de presión dentro de esta zona del acuífero".
Este comportamiento, han explicado, "no se había documentado hasta la fecha, pues el resto de chorros conocidos funcionaban en continuo unos días o incluso unas semanas para luego dejar de funcionar".
En este caso, han asegurado en su informe, se está "ante un chorro cuyo funcionamiento es prolongado en el tiempo, posiblemente favorecido por el cruce de fallas en el que se encuentra localizado".
La aparición del chorro del agua fue dada a conocer el 1 de abril al grupo de investigación por una vecina de Almagro quien alertó de su aparición entorno a las 12 de la mañana, un fenómeno que se repetiría de nuevo durante varios días, curiosamente, también sobre esa misma hora del día.
Los investigadores han concluido que, además de la curiosidad que supone el comportamiento diferente del chorro de agua con respecto a otros conocidos, son llamativos los valores relacionados con las medidas de concentración de CO2, tanto en el aire en el interior del pozo, similares a los que han otros chorros aparecidos en esta zona volcánica de la provincia de Ciudad Real, pero que suponen un punto muy alto de emisión de CO2.
En cuanto a las aguas, los valores de la conductividad son normales en las aguas freáticas de la zona, no presentan ninguna turbidez y, según los investigadores, llama la atención el valor de su temperatura que es de 19,1 ºC, valor que se encuentra por encima de la temperatura media anual de la zona, por lo que tendría la consideración de agua termal.
Los investigadores han señalado que algunos vecinos de la zona y el propietario del terreno han comentado que este chorro aparece intermitentemente en relación con episodios de lluvias intensas desde hace unos 4 o 5 años.
Para comprobarlo se ha consultado fotografías aéreas desde el año 1946 en la que se observan que es a partir del año 2012 cuando se observa humedad en el suelo en torno al sondeo donde emana el chorro.
El origen del chorro, al igual que el resto de los chorros documentados, se forma por una salida de agua forzada por la despresurización súbita de CO2 contenido en un acuífero confinado que constituye una trampa para la migración del CO2.
La presencia de tan elevadas concentraciones de CO2 está relacionada directamente con el volcanismo que afectó a la unidad natural del Campo de Calatrava desde el mioceno, resultando la emisión de CO2 una manifestación actual del mismo, bien de manera difusa, o bien a través de "hervideros y fuentes agrias".
El Grupo GEOVOL ha concluido en su estudio que sería recomendable realizar un análisis completo hidroquímico de las aguas del sondeo que podría encargarse a la Confederación Hidrográfica del Guadiana y una evaluación de la firma isotópica del gas saliente que podría realizar el Instituto Volcanológico de Canarias (INVOLCAN).