Teófilo Sierra Cabrera 'Nino', uno de los últimos pescadores que se dedicó a la pesca artesanal en el río Guadiana, ha fallecido a los 102 años en la residencia de Mayores de Piedrabuena (Ciudad Real) en la que ha estado viviendo durante el último año.
'Nino', que heredó de su padre el oficio de pescador en el río Guadiana, era natural de Luciana (Ciudad Real) y miembro de la última generación de una familia pescadores, dedicada a la pesca con redes de trasmallo y garlitos.
Según ha explicado a Efe su hijo, José Sierra Moraga, su padre era un hombre profundamente conocedor del río Guadiana, del que recorrió durante décadas sus aguas para sacar de él la pesca que vendía para ganarse la vida y así poder sacar adelante a su familia.
El pescador centenario era dueño de una de las tres barcas que hace décadas había en Luciana, donde junto a él también pescaban otros dos grandes pescadores.
Su hijo recuerda numerosas anécdotas que su padre le contaba sobre sus vivencias en el río, pero, sin duda, la que más le gustaba contarles era una en les relataba cómo los lobos los seguían río aguas abajo para ver di podían atacar en cualquier momento la borrica en la que se trasladaba hasta el lugar donde comenzar su faena diaria.
Son muchos los recuerdos que su padre les contaba, puesto que hasta hace poco años mantenía plena su memoria, y entre ellas, les relataba algunas vivencias en las que ponía de manifiesto la dureza con la que debían realizar su trabajo en determinadas épocas del año.
Tanto era así, que en ocasiones se venían obligados a ir rompiendo con palos el hielo de algunas zonas del río, cuando las temperaturas gélidas los acompañaban en sus días de pesca.
También relata que su padre les contaba cómo tenían que cargar la barca en su borrica para llegar hasta las tablas donde pescar, algunas tan lejanas que les llevaban hasta el Puente de Retama, desde dónde después tenían que volver a Luciana para vender el pescado que ese día habían capturado.
José Sierra señala que su padre no solo rememoraba sus vivencias, sino que también contaba a sus hijos cómo su abuelo, también pescador, en una ocasión tuvo que auxiliar a los molineros que trabajaban en el viejo molino del Guadiana, cuando una importante crecida del río lo inundó dejándolos atrapados en su interior.
Fue entonces cuando su abuelo tuvo que acceder con su barca hasta el molino para poder sacarlos uno a uno por la ventana.
Con la muerte de 'Nino' se pierde a uno de los últimos pescadores del río Guadiana, en cuyo cauce antes rebosante de vida "los pescadores llegaban a beber sus aguas", recuerda José Sierra.
Con su muerte también se va perdiendo uno de los oficios más ancestrales ligados a los ríos en España, en cuyas aguas cada vez se encuentran menos personas dedicadas a vivir de la pesca tradicional.