La provincia de Ciudad Real ha recibido este lunes su pase a la fase dos de la desescalada hacia la nueva normalidad con optimismo moderado, pero aún con mucho escepticismo sobre cómo el será el futuro más inmediato.
Muchos autónomos y pequeños empresarios que esperaban la llegada de la fase dos para retomar sus actividades comerciales, han decidido este lunes, festivo en Ciudad Real capital, preparar sus comercios para abrirlos al público mañana.
Alguno de estos negocios, como es el caso de bares y terrazas que ante la inseguridad de las oportunidades de negocio que podrían tener durante la fase 1 han permanecido cerrados, han dado ahora el paso de afrontar su reapertura.
Juan Carlos Carbelo, gerente del bar 'El fogón de Barbarroja' ha sido uno de los pequeños empresarios que ha vivido esta situación, porque como ha reconocido en declaraciones a Efe, no han querido "abrir antes al público, hasta que la situación estuviera más clara".
Mientras limpiaba las mesas y sillas que instalará, el gerente de este bar-restaurante ha asegurado que la fase 2 será "una prueba de fuego" para ellos, sobre todo, porque no sabe si con las limitaciones de mesas que puede disponer tanto dentro como fuera del negocio, lo harán viable económicamente.
"No podemos servir aún en barra, y lo más importante, no sabemos cómo nuestros clientes van a responder ante esta situación. Si optan por acudir a su bar de siempre será posible seguir adelante, sino, la alternativa será cerrar el negocio", ha asegurado.
Otros pequeños empresarios, como Juanjo Molina, gerente de Hielos Molina, espera que con la reactivación total de bares y restaurantes que se espera en esta segunda fase, puedan recuperar una buena parte de la normalidad de su negocio.
Molina ha apuntado que aunque ellos no ha cerrado durante la pandemia para dar servicio a gasolineras y comercios de alimentación, ha llegado a facturar en los últimos meses solo un 5% de lo que llegaba a facturar en meses como marzo, abril o mayo.
Para Molina, la "nueva normalidad" no se conseguirá aún en esta segunda fase, si no con la llegada de la tercera, en la que, ha confiado en que "la gente empiece a moverse mucho más".
Los comercios, que pueden reabrir con independencia de su superficie con el 40% el aforo y garantizando la distancia entre clientes, se unirán también a la reapertura total durante esta segunda fase de la desescalada, si bien, este lunes, en Ciudad Real permanecían todos cerrados al ser fiesta local.
En cuanto a los hoteles, que ya pueden reabrir las zonas comunes sin superar un tercio de su aforo, muchos de ellos han decidido seguir manteniéndolas cerradas.
Esto es así, porque, según han explicado, "lo que falta aún son clientes", porque las reservas están muy por debajo de lo que era habitual en unas fechas como estas.
En el caso del Hotel Real de Ciudad Real, algunos de sus trabajadores, que estaban en un Expediente de Regulación Temporal de Empleo y han vuelto este lunes al trabajo, las zonas comunes seguirá aún cerradas a los clientes.
El hotel, que ha sido uno de los pocos que ha permanecido abierto como servicio mínimo esencial durante toda la pandemia, estaba este lunes solo al 5% de su capacidad.
Fuentes del hotel han reconocido que durante los últimos días han notado un incremento de llamadas de clientes habituales que lo utilizan como lugar de hospedaje en su viajes de negocio, interesándose en hacer nuevas reservas.
Sin embargo, han señalado que este año será ya muy difícil de recuperar, porque alojamientos relacionados con el turismo, eventos culturales y deportivos u oposiciones, que son para ellos una importante fuente de ingresos, han sido cancelado definitivamente.
Ante esta situación, ha dicho que lo único que les queda es esperar a que la pandemia "pase cuanto antes", para retomar con más tranquilidad la normalidad la actividad.