A partir de este viernes, 5 de febrero, se podrán visitar en Ciudad Real las galerías subterráneas encontradas en la zona donde el Rey Alfonso X 'El Sabio' estableció su Alcázar Real cuando fundó 'Villa Real' en el año 1255 sobre el antiguo Pozuelo de Don Gil y donde, según algunas crónicas, trazó por dónde discurriría la muralla que la rodeó, y de la que hoy sólo queda la conocida Puerta de Toledo y un pequeño fragmento.
Con esta visita, posible gracias a la intervención que el equipo de Gobierno ha realizado en la zona, y en la que ha invertido 550.000 euros, los vecinos de Ciudad Real tendrán a su alcance este valioso patrimonio medieval con el que cuenta la ciudad, que ha estado vallado desde el año 2006.
Según ha confirmado el Consistorio a Europa Press, se ha procedido a la restauración de los restos originales del arco, así como de las cuevas y de los fragmentos del foso defensivo y muro descubiertos de la antigua muralla de Villa Real, para que puedan ser visitados o contemplados desde la superficie.
El origen y la funcionalidad de estas galerías se desconoce, aunque se pudieron utilizar como bodegas o almacenes domésticos. Lo que sí se ha podido constatar es que fueron reformadas en varias ocasiones, empleándose diferentes materiales como piedra, argamasa de cal y arena, ladrillos o cemento, y estuvieron abiertas hasta mediados del siglo XX.
A través de una escalinata de acero, se podrá acceder al primer nivel de la galería principal, de donde surgen dos galerías a derecha e izquierda, y una bajada a otro nivel inferior donde se hallaba un distribuidor de otras galerías desaparecidas.
La galería principal tiene unas dimensiones de 11,5 metros de largo, 2 de ancho y una altura de 3 metros en el extremo superior y 5 m en el inferior. Posee dos arcos de medio punto de ladrillo que refuerzan la entrada a las galerías que se abren a ambos lados del descansillo inicial.
En el caso de la galería derecha conserva una longitud de 2,4 metros desde el arco de entrada hasta el muro que la seccionó con la construcción de un colegio en la parcela colindante. Se mantienen en ella restos del enlucido en la zona inferior junto al arco.
Mientras, la galería superior izquierda tiene mayores dimensiones, con 15 metros de longitud. Su ancho varía según el tramo ya que posé un nicho a cada lado del arco de entrada. En esta parte se encontró una gran piedra volcánica a modo de banco.
Seguidamente la galería dobla con dirección noroeste creando un pasillo de 1,65 metros de ancho por 8 m de largo, hasta cortarse a 5 metros en las proximidades del Torreón.
Al final del extremo inferior de la galería principal, se ha documentado un espacio cuadrangular de 4,80 metros de largo por 4,20 metros de ancho que serviría de distribuidor a otros tres corredores desaparecidos.
Muro y fosos medievales
En la parte oeste de la parcela se descubrió un muro cortado, así como el foso defensivo excavado en la roca ante el paramento, que formarían parte de la muralla de Villa Real junto al Alcázar.
Se trata de un muro de mampostería de piedra caliza trabado con argamasa de cal, arena y algo de puzolana, que se construye adosándose a la roca recortada, dando cara solamente al exterior.
El foso defensivo en forma de 'V' estaba excavado en la toba volcánica a entre 60-70 cm del muro. Conservaba 2,40 metros de ancho en la parte superior, 40-60 centímetros en la zona inferior y 2,20 metros de profundidad.
Gracias a las obras realizadas, se han consolidando y balizado los restos de muro y el foso descubiertos que se han protegido mediante una cubierta de chapa de acero cortén y cristal que los aísla al tiempo que los hace visible desde la parte superior.
Cuando se vació el foso, se encontraron restos de animales y cerámicas muy fragmentadas de recipientes pertenecientes a la vajilla de servicio, como ollas, pucheros, cazuelas, una jarra o cántaros incompletos de entre la segunda mitad del XIII y principios del XIV.
Fue hacia el año 2000 cuando el Ayuntamiento decidió realizar un aparcamiento subterráneo en la zona, obras que se paralizaron en el 2006 al verse afectados restos arqueológicos existentes en el subsuelo.
Se llevó a cabo la excavación y documentación de las estructuras y materiales que se conservaban por parte de los arqueólogos Petra Martín Prado y Ángel Aranda Palacios, bajo la dirección de Carmelo Fernández Calvo.
Gracias a este trabajo arqueológico, se documentó un conjunto de galerías excavadas en la roca, cuyo acceso principal y varios de sus tramos ya habían sido afectados por anteriores actuaciones y por la construcción de edificios colindantes.
Se vació la galería principal, parte de dos tramos de galerías situadas a media altura de ésta y una especie de hall o distribuidor de otras galerías inferiores desaparecidas.
Todas estas estructuras subterráneas estaban rellenas de tierra con alguna piedra de pequeño tamaño y materiales de escombros, como ladrillos macizos y huecos o tejas curvas, planas.
Entre el relleno de estas galerías se encontraron cerámicas muy fragmentadas y dispersas de varias épocas, desde los siglos XVI a mitad del XX, y otros recipientes de hierro.
Destacan dos fragmentos en loza vidriada en blanco, pertenecientes a una escudilla sin decoración del siglo XVI, y otro de un plato decorado en azul cobalto con motivos vegetales enmarcados en bandas de tipo Talavera del siglo XVII.
El mal estado de estas galerías fue aumentando con el paso del tiempo debido a las inclemencias meteorológicas, a pesar de haberse tomado medidas como apuntalar la galería principal y cerrar con un tabique de ladrillo el acceso a las galerías superiores.
A pesar de que se consideraba innecesaria la conservación e integración de las galerías en esta obra, cuando Pilar Zamora accedió a la Alcaldía decidió mantenerlas y que pudieran ser visitables.
La actuación que ha llevado a cabo Parros Obras SLU abarca una superficie total de la zona de 3.500 metros en la que se incluye una zona de aparcamiento para vehículos con 51 plazas, de las que cuatro son para personas con movilidad reducida y otras dos para los vehículos sanitarios que son utilizados por los profesionales del Centro de Salud.
Las obras han permitido recuperar este espacio para el peatón, dotando a la ciudad de una nueva zona para el encuentro y la convivencia. Permite, además, un acceso adecuado a los bloques de viviendas colindantes, al INE, al CEIP Carlos Vázquez y al Centro de Salud.