La Asociación Ojos del Guadiana Vivos ha alertado este jueves sobre la amenaza que supone para la conservación de los humedales manchegos la instalación de cinco nuevas plantas fotovoltaicas en la zona pantanosa donde confluyen los ríos Záncara y Gigüela, en Alcázar de San Juan (Ciudad Real).

Representantes de esta asociación, en declaraciones a Efe, han dado a conocer que el Gobierno de Castilla-La Mancha ha autorizado la instalación de estas plantas de renovables en una de las zonas húmedas más importantes de La Mancha Húmeda, la segunda zona inundable más importe del Alto Guadiana, después del Parque Nacional de Las Tablas de Daimiel.

La autorización de la ocupación de este espacio, han alertado, supone un nuevo ataque a la conservación de los humedales de la Reserva de la Biosfera de La Mancha Húmeda, en concreto a las conocidas como Tablas del Záncara, también llamada Junta de los Ríos, que tienen su origen en el desbordamiento de los ríos Gigüela y Záncara.

Una zona que llegaba a ocupar más de 3.500 hectáreas de terreno inundadas y que progresivamente fue sufriendo una gran regresión en sus niveles de inundación como consecuencia de la presión sobre los acuíferos de la zona que ejerce la actividad agraria.

Ojos del Guadiana Vivos ha recordado que los ríos Záncara y Gigüela son un entorno natural privilegiado que, además, supone un hábitat esencial para una gran diversidad de aves y para una amplia representación de vegetación halófila de gran interés botánico.

Vuelo americano

Y han recordado que en la foto aérea de los años cincuenta, el famoso "vuelo americano", aparece un área natural tan vasta, variada y rica que bien podría rivalizar con Doñana, no en vano este lugar fue conocido como las "marismas manchegas".

Las cinco plantas fotovoltaicas proyectadas, con una potencia cada una de 49,9 MWp y denominadas Ictio Alcázar I, Ictio Alcázar II, Ictio Alcázar III, El Vegón y Perea, ocuparán una extensión de terreno de más de 831 hectáreas de terreno.

Esta asociación ha señalado que los promotores de los proyectos asumen que la zona donde instalarán las placas solares se podrá inundar en determinados años, lo que, según esta asociación, "pone de manifiesto el impacto que producirán a la zona de inundación de los ríos".

Además, han criticado que tanto la Consejería de Desarrollo Sostenible de la Junta de Comunidades como la Confederación Hidrográfica del Guadiana (CHG) hayan accedido a autorizar estas plantas renovables en una zona húmeda, cuando, han señalado, "el término municipal de Alcázar de San Juan es lo suficientemente grande como para haberlas planificado en otro lugar, donde el impacto ambiental no existiera".

Y han alertado sobre la falta de sensibilidad del Gobierno regional en la preservación de los espacios naturales de la región, "anteponiendo a su conservación" decisiones como esta, bajo la llamada transición energética, que en casos como este "queda en entredicho".

Permisibilidad

La Asociación ha alertado igualmente de la permisibilidad que emplea la administración regional con estas empresas de energía eólica que realicen "la trampa" de fraccionar los proyectos para eludir el mayor control ambiental que sobre estos proyectos podría ejercer el Ministerio de Transición Ecológica.

Ojos del Guadiana Vivos ha recordado que científicos españoles alertaron hace unos meses, a través de una carta en la revista Science, de la grave amenaza que supone para la biodiversidad el auge acelerado y desordenado de las energías renovables en España en el contexto de la transición verde.

Estos señalaron que, de no abordarse de forma inmediata los múltiples problemas asociados a la implementación de las energías renovables, la transición energética tendrá el dudoso privilegio de ser recordada no solo por el cambio de modelo energético, sino por poner en jaque algunos de los valores naturales únicos de España

Y abogan, como también lo hace Ojos del Guadiana Vivos, por un compromiso verde más fuerte, con políticas energéticas más distribuidas y descentralizadas, que apuesten por la eficiencia, la gestión de la demanda, el ahorro energético, el autoconsumo y la mejora del rendimiento energético en los edificios, ya que todo ello reduciría los impactos ambientales directos sobre la biodiversidad.