Dos y cuarto de la madrugada del domingo. Un BMW azul oscuro enfila la calle Encuentros de Argamasilla de Alba (Ciudad Real). Por la sangre del conductor circula alcohol y, al menos, una droga ilegal. A su derecha, una joven de 17 años. El vehículo empieza a coger velocidad. Cada vez más. El kamikaze hace caso omiso de los triángulos invertidos que le indican que no tiene prioridad. Un total de siete señales le obligan a ceder el paso. Pero la aguja del velocímetro no para de subir hasta que, a mitad de la calle, finalmente, sucede la tragedia.
El estruendo debió oírse en medio pueblo. El BMW azul, a más de 100 kilómetros por hora en pleno poblado, arrampla con el Seat de Gonzalo Hilario por el costado derecho en el cruce con la calle Melquiades Álvarez. Dentro iban cinco ocupantes. Tres mueren en el acto: el citado conductor, Emous Novillo y Marta García. Siniestro total para ambos coches. El Seat acaba empotrado contra el muro de una vivienda, el mismo lugar donde este lunes hay una treintena de cirios con los retratos de los fallecidos.
Gonzalo tenía 20 años; Emous, 21; y Marta, 16. Los otros dos ocupantes del Seat, dos chicas de 18 años, están heridas muy graves. Una permanece con lesiones en el tórax en el hospital de Toledo. La otra, con lesiones cerebrales en la UCI del Hospital General de Ciudad Real. La copiloto del BMW sufre heridas leves en el tórax. El kamikaze, de 22 años, es el único que sale ileso del fatal suceso. Está acusado de siete delitos: tres de homicidio por imprudencia grave, dos de lesiones y dos contra la seguridad vial. El juez ha decretado para él prisión provisional comunicada y sin fianza.
Gonzalo Hilario (derecha) y Emous Novillo, dos de los fallecidos en el accidente.
El Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 2 de Tomelloso ha decretado este lunes prisión comunicada y sin fianza para el homicida. Desde el suceso está en shock y no ha podido articular palabra, según informa el periódico Lanza citando a fuentes policiales. No era de Argamasilla, sino de Cáceres, y había venido a visitar a familiares que tiene en el pueblo, según ha podido saber EL ESPAÑOL.
Gonzalo y Emous, dos de los fallecidos, sí eran de aquí. Marta, en cambio, era de Tomelloso. Los tres han recibido sepultura este lunes en sus respectivas localidades dejando un largo reguero de lágrimas. Nadie recuerda un accidente de tráfico tan mortífero en las calles de Argamasilla.
Fiesta en la cocinilla
Los tres fallecidos se encontraban celebrando el cumpleaños de un amigo en una cocinilla -lugar típico de encuentro en La Mancha- muy cercana al lugar de los hechos. Gonzalo, Emous, Marta y las dos chicas heridas fueron a un establecimiento abierto 24 horas para comprar unas pizzas. A su vuelta se produjo el atropello.
En la cocinilla estaban también la hermana menor de Gonzalo, la hermana mayor de Emous y una prima de Marta. Los tres familiares tuvieron que ver impotentes los resultados del accidente. El golpe fue tal que las puertas del Seat no se podían abrir. Los servicios de emergencia llegaron al tiempo que la noticia se extendía rápidamente por el pueblo, sin importar que fuera noche cerrada. “Yo me enteré a las cinco”, cuenta Elena, una excompañera de clase de Emous. “Me volví a dormir queriendo que fuera un sueño. No lo asimilaba. Aún no lo asimilo”.
Cruce de las calles Melquiades Álvarez y Encuentros, lugar del suceso.
Este lunes han tenido lugar tres entierros en dos localidades manchegas. Todo Argamasilla se ha juntado para despedir a sus fallecidos. En ambos funerales abundaban las cámaras de televisión. Todo el pueblo está conmocionado. En ningún bar se habla de otra cosa. Las banderas del Ayuntamiento no ondean porque no corre ni un mísero soplido de aire, pero están a media asta.
Otra bandera que luce luto es la del club de fútbol Atlético Cervantino, donde trabajaban los dos jóvenes fallecidos. Gonzalo era el portero y Emous, el encargado de material. Elena, la citada amiga, define a Gonzalo como un “magnífico jugador”. Emous también era deportista. Empezó haciendo atletismo y hace unos años se aficionó a la bicicleta de montaña. Competía a menudo en carreras.
Elena considera remota la probabilidad de que Gonzalo también fuera bebido en el momento del accidente. Por su condición de deportista bebía muy poco: "Algún cubata de vez en cuando", pero no más. “Se les va a echar mucho en falta. Aquí todos nos conocemos y nos juntamos”, asegura Elena.
A mitad de la tarde, cinco chicas jóvenes se han presentado en el lugar del accidente, han guardado un instante de silencio y han encendido un cirio en recuerdo de sus amigos. Otro más. Una treintena de velas arden en recuerdo de los vecinos, junto a algunas flores y los retratos de los tres. Una de las chicas, la que mejor los conocía, ha sido incapaz de atender a este periódico. “Lo siento, es que me voy a echar a llorar”.
La calle Encuentros está bañada por el sol. Las siete señales de ceda el paso que se saltó el kamikaze relucen en la larga vía. Sobre el asfalto, marcas de tiza hechas por la policía durante la investigación del accidente. No quedan restos de los coches, ni hay marcas de neumático que indiquen un frenazo repentino. El BMW embistió con toda su fuerza al Seat. Circulaba a 140 kilómetros por hora, según Antena 3 Noticias.