“La situación agónica que vive el Parque Nacional de Las Tablas de Daimiel, con apenas 63 hectáreas de terreno de las 1.750 que son susceptibles de ser inundadas, no se debe tanto a la sequía, como al desmadre que en la gestión agraria del agua existe en Castilla-La Mancha”, aseguran los ecologistas.
Así lo ha comentado este miércoles el portavoz de los grupos ecologistas a nivel regional en el patronato del parque nacional, Rafael U. Gosálvez, quien ha señalado que el hecho de que este parque y los humedales manchegos se están quedando sin agua no es una cuestión de sequía, aunque sea un factor que contribuya a ello. Se debe a que, desde hace décadas, “se está regando con más agua de la que se dispone”.
Gosálvez ha dicho, en línea de lo que también ha apuntado el secretario de estado de Medio Ambiente, Hugo Morán, que para revertir esta situación "hay que adecuar la superficie de cultivos a la disponibilidad real de agua".
Desde hace muchos años
Por primera vez "el Gobierno reconoce la realidad que nosotros venimos denunciando desde hace muchos años, y ese cambio de rumbo demostrado tanto desde la Secretaría de Estado de Medio Ambiente como desde la Confederación Hidrográfica del Guadiana, cuenta con nuestro apoyo", ha resaltado.
"Mientras no haya una reconversión del sector agrícola, que a nuestro entender ya no puede ser una transición suave por estar en emergencia climática y en emergencia ambiental, no habrá solución para el Parque Nacional de Las Tablas de Daimiel y los humedales manchegos que se benefician de un acuífero que no puede seguir eternamente sobreexplotado por la agricultura", ha continuado.
Gosálvez ha apuntado que la reconversión agraria en la Cuenca Alta del Río Guadiana debe abordarse desde el punto de vista de la reducción del consumo de las aguas subterráneas y desde el planteamiento de buscar una mejor calidad de las aguas.
Productos fitosanitarios
En este sentido, ha explicado que "en Las Tablas de Daimiel, como ahora se ha comprobado en el Mar Menor, la acumulación de productos fitosanitarios es también un problema para su conservación, pero más importante aún puede serlo para la salud de las personas cuyos municipios se abastecen del agua de los acuíferos".
Y ha señalado que Las Tablas de Daimiel son "el fondo de saco de ese acuífero" lo que las llevó a tener el mismo problema de contaminación que ahora tiene y vive el Mar Menor.
Para el portavoz de los ecologistas en el patronato del parque, en Castilla-La Mancha está pasando lo mismo que en Murcia ya que los responsables autonómicos que tienen competencia en materia de agricultura y medio ambiente, que son los responsables del deterioro del Parque Nacional de Las Tablas de Daimiel y del Mar Menor, están eludiendo sus responsabilidades.
Artículo 155
Por eso, ha afirmado que si una comunidad autónoma como la de Castilla-La Mancha no quiere ejercer sus competencias en estas materias y reordenar los cultivos, “lo que hay que hacer es aplicar el artículo 155 de la Constitución española”.
Este artículo, ha apuntado, "capacita al Estado para intervenir en las comunidades autónomas que no quieren aplicar sus competencias o están haciendo dejación de funciones". Ha recordado que no sólo se aplicó en Cataluña sino que se intentó aplicar en 1989 en Canarias porque no quería reducir los impuestos a los productos procedentes de la UE.
Si comunidades como Castilla-La Mancha o Murcia "no quieren o no pueden, o se sienten presionadas por el sector agroindustrial para ejercer sus competencias, las deberían ceder al Estado, que só parece que tiene claro lo que hay que hacer", ha manifestado Gosálvez.
Bombeo de agua
Por otra parte, la Comisión Mixta de Gestión de los Parques Nacionales de Castilla-La Mancha (Cabañeros y Tablas de Daimiel), formada por representantes del Organismo Autónomo Parques Nacionales (OAPN) del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico y la Dirección General de Medio Natural y Biodiversidad de Castilla-La Mancha, ha acordado la activación de la batería de sondeos del Parque Nacional para paliar la situación hídrica que atraviesa el parque.
La puesta en marcha de estos pozos, que aportarán un caudal de 1 metro cúbico por segundo durante ocho horas diarias, permitirá que se completen los ciclos biológicos de la biocenosis presente en este espacio natural, tanto de la fauna como de la flora. El bombeo se realizará a comienzos de otoño tras la solicitud de autorización pertinente a la Confederación Hidrográfica del Guadiana con el objetivo de garantizar la humectación del paquete de turbas del Parque Nacional, evitar el riesgo de autocombustión y conseguir una lámina de agua que favorezca la invernada de las aves acuáticas en Las Tablas de Daimiel, según ha informado el Ministerio en nota de prensa.
Tras el período estival, la superficie encharcada en el Parque se ha reducido hasta las 24 hectáreas. De mantenerse la tendencia descendente de la inundación, se comprometería la nidificación de las aves presente en la zona y la posibilidad que las plantas acuáticas finalizasen su ciclo vital, produciendo esporas que permitan su regeneración futura.
La bajada de las temperaturas al comienzo del otoño garantiza la eficiencia del bombeo, minimizándose la evaporación. El caudal se aportará mediante bombeo y se realizará de forma adaptativa a las condiciones meteorológicas para garantizar una lámina de agua suficiente que favorezca la invernada de las aves acuáticas del parque.
Durante la reunión, celebrada en el Parque Nacional de Tablas de Daimiel, la Comisión Mixta también ha analizado el borrador del Plan de control de ungulados silvestres en el Parque Nacional de Cabañeros, que ha sido elaborado por las administraciones a partir del Estudio para el conocimiento de las poblaciones de ungulados silvestres y bases ecológicas para su gestión, realizado con carácter previo, y se ha acordado iniciar consultas con los grupos de interés para su posterior elevación al Patronato del Parque Nacional.