Ecologistas en Acción Ciudad Real han asegurado que el trasvase de agua desde el río Tajo al Parque Nacional de Las Tablas de Daimiel a través de la Tubería a la Llanura Manchega "es una chapuza" que trata de "enmascarar" la grave situación ambiental que afecta a este humedal.
El portavoz de los ecologistas en la provincia de Ciudad Real, José Manuel Hernández, ha señalado que con la llegada del agua se quiere ocultar el verdadero problema del parque nacional, que no es otro que la sobreexplotación que sufre el Acuífero 23, que de forma natural debería abastecer de agua, junto con los ríos Gigüela, Guadiana y Azuer a este espacio protegido.
Hernández ha comentado que "lejos de que durante décadas se haya abordado este problema, cada vez más se agudizada la crisis ambiental que sufre, lo que pone en claro riesgo de que siga existiendo un espacio único en Europa, que el año que viene cumplirá 50 años de su declaración como parque nacional".
"España no va a poder presumir, 50 años después de conservar un espacio único, si lo quieren hacer llenando artificialmente Las Tablas de Daimiel con agua de procedente de otra cuenca hidrográfica, así lo único que van a conseguir es demostrar que durante tantos años no se ha tomado en serio el verdadero problema de este humedal", ha añadido.
Para los ecologistas, el trasvase es una muestra más de la "huida sistemática hacia adelante que impulsa el Gobierno regional, que, solo apuesta por el regadío, en detrimento de la conservación de uno de los espacios más singulares de la Península Ibérica".
Con el trasvase, ha asegurado el portavoz de Ecologistas, tanto el Gobierno central como la Junta están generando "nuevas expectativas a los agricultores para seguir regando, porque lo que se les está diciendo es que se deriva agua desde el trasvase para el abastecimiento, con el fin de liberar recursos con los que podrán seguir regando".
La política agrícola, ha indicado, debería ser "todo lo contrario" y, en ella, se debería aplicar el concepto de excedencia, que no es tan sencillo de entender, ha dicho, como que "sólo se pueda gastar el agua que haya excedente, sin que ello suponga comprometer el recurso que es necesario para mantener los ecosistemas".
“No hay excedente”
El problema, ha insistido Hernández, "es que aquí no hay excedente porque los acuíferos están sobreexplotados, porque tenemos toda la red hidrológica machacada y los ríos no existen y han desaparecido los manantiales. Como no hay excedentes, no hay un recurso que gestionar, y lo que hay que hacer es trabajar para recuperar el agua que ha sido dilapidada y cuando se tengan excedentes entonces gestionarlos mejor".
Hacer lo contrario, ha insistido, es "ir en contra de la Directiva Marco del Agua, una norma que impone Europa y que está pendiente de cumplir, y que de no cumplirse, supondrá grandes penalizaciones para los Gobiernos".
"Estamos muy lejos que haya una política de reflexión en torno a la sostenibilidad de la agricultura, se ha abandonado todo proyecto como pudo ser el Plan Especial del Alto Guadiana, y se sigue en la dinámica de una política agraria más salvaje, que es económicamente insostenible", ha reflexionado.
Esto es así, ha dicho, "hasta el punto que lo que se produce no tiene el valor de lo que cuesta. El agua que se utiliza para cultivar un kilo de cebolla vale mucho más que las cebollas que se producen, y esa es una ecuación que sólo se mantiene porque no se le da valor a lo que cuesta el agua, y además se omite el coste ambiental que los cultivos excesivos suponen".