La Puerta de Toledo es uno de los emblemas de Ciudad Real y, casi 700 años después de su construcción, sigue siendo una fuente de misterios. Y es que en su interior aparecieron, hace unos años, unas caras que habían pasado desapercibidas durante estos casi siete siglos y que, actualmente, pocos conocen todavía.
En concreto, se trata de cuatro bustos que fueron hallados durante su restauración en 2013. Cuatro retratos de piedra corresponderían con la cara de Alfonso X El Sabio -dos de ellos- y con algún infante, tío o hermano del rey -los dos restantes-.
Un total de cuatro caras esculpidas en el interior de las dos claves de la bóveda que une los dos pilares de la puerta y que han permanecido invisibles durante casi 700 años debido a la altura a la que se encuentran. Estos bustos se pueden observar a través de una publicación realizada en redes sociales por la conocida guía turística Raquel Méndez.
Siglo XIII
Cabe destacar que este reciente descubrimiento ha supuesto un cambio en la datación de la Puerta de Toledo ciudadrealeña. Mientras se pensaba que se encargó en el siglo XIV, en tiempos de Alfonso XI, se ha podido constatar que su construcción fue promovida por Alfonso X el Sabio en el siglo XIII.
Este emblemático monumento se erige como la única puerta que se conserva de las siete de la antigua muralla que rodeaba a Ciudad Real. Según detalla el portal de Cultura de Castilla-La Mancha, ha tenido varias funciones a lo largo de su historia, sirviendo desde puerta de ronda para la vigilancia hasta portazgo para el pago de impuestos por parte de los transportistas que iban desde Toledo a Sevilla.