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Los usuarios del servicio Avant de Ciudad Real, representados por la Asociación de Usuarios de la línea Avant Puertollano-Ciudad Real-Madrid, denuncian que la situación de los trenes ha empeorado significativamente desde el verano debido a las obras de mantenimiento en la línea.

Tras un fin de semana plagado de incidencias, como el descarrilamiento de un tren en el túnel madrileño que une Atocha y Chamartín, Pablo López, presidente de la asociación, ha expresado en una conversación telefónica con EL ESPAÑOL - EL DIGITAL su preocupación por la falta de alternativas y la ausencia de un plan de contingencia por parte de Renfe ante los constantes problemas.

"Siendo honestos, la situación hasta antes del verano era excepcionalmente buena. Había retrasos que podían ser de tres, cuatro o cinco minutos por trayecto, pero desde el verano, cuando se incrementaron los trabajos de mantenimiento en nuestra línea, empezamos a notar un incremento progresivo de estas incidencias y, a partir de septiembre, hemos vuelto a la peor situación del año 2023", ha explicado López.

Uno de los puntos que más preocupa a los usuarios es la ausencia de soluciones inmediatas cuando se producen incidencias. Según el presidente de la asociación, Renfe carece de un plan de actuación para momentos críticos, lo que deja a los viajeros sin alternativas.

"Se pone de manifiesto un aspecto que siempre le hemos reclamado a Renfe, que es un plan de actuación ante este tipo de contingencias. Ahora es inexistente. Cuando una persona está en Atocha esperando a su tren y sabe que la demora va a ser de más de una hora, que Renfe tenga algún tipo de alternativa y que no sean los propios pasajeros los que tengan que salir corriendo hacia la estación de Méndez Álvaro a ver si un autobús les puede llevar a casa o intentar hacer noche en la capital", ha relatado.

Esta situación, ha añadido, genera una "angustia" constante a los usuarios: "Nunca sabemos a quién le va a tocar esperar en Atocha hasta altas horas de la noche o a quién le va a tocar no poder llegar a casa".

Igualmente, también supone problemas laborales. Muchos usuarios dependen del tren para llegar a sus trabajos en Madrid, y los retrasos les afectan directamente. "Nosotros llegamos a Madrid, como pronto, a las ocho de la mañana. Es muy angustioso para muchas personas que cogen el primer tren y deberían llegar a una hora más razonable, en torno a las 7.30, que te permite llegar a trabajar a casi cualquier punto de la capital regional. Ahora, con las obras, llegamos más tarde, así que mucha gente está en vilo", ha añadido.

Según López, hay pocas esperanzas de que la situación pueda solucionarse en un breve espacio de tiempo. "Hay una pregunta recurrente entre los usuarios: ¿Hasta cuándo seguirán las obras? La respuesta es muy ambigua por parte de Renfe: 2026. Pero todos sabemos cómo son estas obras", ha apuntado el presidente de la asociación.

"Todo se pierde en un limbo"

A pesar de haber mantenido múltiples reuniones con Renfe, los avances han sido escasos. "En 2024 hemos tenido una reunión, pero a lo largo de 2023 hubo cinco. La sensación es que llegamos a la reunión, presentamos nuestras quejas y todo lo que consideramos necesario modificar, y luego todo se pierde en un limbo donde no se consigue nada porque no sucede nada".

Entre los pocos logros obtenidos está el acceso específico al Corredor Sur en la estación de Atocha durante dos horas al día, pero otras demandas, como una mayor flexibilidad para acceder a los trenes en caso de pérdida o notificaciones de incidencias con antelación, siguen sin ser atendidas. "Pero no desistimos y vamos a seguir pidiéndolas", ha recordado López.

Aunque desde la asociación reconocen los esfuerzos en materia de política de transporte público realizados por el Gobierno de España, como el descuento del 50 % en los abonos, consideran que las buenas intenciones no se reflejan en la práctica: "Creemos que al más alto nivel sí se cree en este transporte público, y el descuento del 50 % nos ha aportado muchísimos beneficios, aunque no sabemos cuánto se va a mantener. Tenemos la impresión de que las buenas intenciones se diluyen a la hora de llevarlas a la práctica".

Además, destaca que la liberalización del servicio ha multiplicado los problemas: "Renfe ha pasado de mover 20 o 25 trenes diarios a lo largo de nuestro corredor a principios de este siglo, a estar moviendo ahora más de 100. Eso ha sido la hecatombe y ha puesto de manifiesto una falta de comunicación enorme entre las nuevas empresas y la adjudicataria del servicio. Renfe ha sido un monopolio durante 100 años y cuando le han puesto a competir con otras empresas se ha convertido en un auténtico caos".