Imagínense que abren una vieja caja, aparentemente llena de basura y se encuentran 63.000 euros en billetes. ¿Qué harían? ¿Llamarían a la policía o se quedarían con el dinero? Esta fue la tesitura en la que se encontró Juan Carlos, trabajador del punto limpio de Miguelturra (Ciudad Real), durante una de sus jornadas de trabajo.
Hasta allí de había desplazado una vecina de la localidad para depositar algunos enseres electrónicos antiguos tales como teléfonos, impresoras y routers. Junto a los aparatos, también dejó varias cajas con desperdicios que Juan Carlos se dispuso a seleccionar instantes después.
Cuando el trabajador abrió una de ellas con el fin de clasificar los residuos que contenía, se llevó la sorpresa: en lugar del televisor que se suponía podría contener había fajos de billetes concienzudamente embolsados.
En un primer momento, el operario los sacó para comprobar si se trataba de dinero en circulación o simplemente eran billetes ficticios correspondiente a algún juego de mesa o algo así. Pero a Juan Carlos le bastó poco tiempo para comprobar que se trataba de billetes en perfecto curso legal.
Cámaras de seguridad
Fue aquí cuando optó por tomar el camino de ser un ciudadano ejemplar. Al día siguiente del hallazgo se dirigió a "informar a los servicios de seguridad, en este caso primero a la Policía Local para que comprobaran las cámaras de seguridad y pudieran ver quien era esta señora", cuenta en una conversación con la agencia Efe.
Acto seguido, el asunto pasó a la Guardia Civil, cuyos agentes procedieron a la identificación de la legítima propietaria del dinero para llevar a cabo la devolución.
"Creo que el principal mérito lo tiene la Guardia Civil", admite Juan Carlos, quien cree que su intervención se limitó a "hacer lo que tenía que hacer, nada fuera de lo normal".
"Dentro de la administración, sea local o nacional, esta es nuestra obligación y deber", reflexiona Juan Carlos quien resta importancia a todo lo ocurrido mientras continúa con sus trabajos en la instalación municipal churriega.
Una actuación que quizá le haya privado de obtener un inesperado botín pero que sin duda le ha reconfortado en su vocación de servidor público.