El Ayuntamiento de Cuenca mantendrá “sine die” la suspensión del sistema de lectura de matrículas de vehículos para acceder al casco antiguo, declarado por la Unesco Patrimonio de la Humanidad, mientras estudia medidas para mejorar el transporte urbano a la parte alta de la capital.
Así se ha pronunciado este jueves el alcalde conquense, Darío Dolz, preguntado por ese asunto, cuando se cumplen siete meses desde que se adoptara esa decisión.
El equipo de Gobierno del PSOE acordó paralizar el sistema de control el pasado 8 de julio de 2019, y, esa medida fue la primera que adoptó el regidor nada más acceder a la Alcaldía merced al compromiso electoral adquirido durante las pasadas elecciones municipales.
El sistema de control de acceso al casco se adoptó un año antes, en julio de 2018, cuando gobernaba la corporación el PP, y consistía en restringir el tránsito por la parte alta a un máximo de 30 minutos, para mejorar la movilidad de esta zona de la ciudad, mediante un sistema de control de matrículas.
Durante su tiempo de funcionamiento se emitieron alrededor de 8.000 denuncias, según informó en su momento el Ayuntamiento.
Suspensión permanente
En este sentido, el actual regidor ha apuntado que la decisión de paralizar ese sistema es permanente, mientras estudian mejoras en el transporte urbano, como limitar el acceso durante algunos puentes festivos y mejorar el servicio urbano de autobús.
Eso sí, el regidor ha reconocido que es necesario redoblar esfuerzos para controlar el estacionamiento de vehículos en zonas no permitidas, como las reservadas para residentes.
En este sentido, el presidente de la Asociación de Vecinos del Casco Antiguo, Gerardo Rubio, ha opinado, en declaraciones a Efe, que una decisión de estas características debería haber sido “consensuada” por todas las partes afectadas, como vecinos y empresarios, para no ser solamente una decisión “política”.
Según ha explicado, los problemas que sufren cada día “han vuelto”, dado que ahora muchos conductores aparcan donde no deben, lo que obliga a los residentes autorizados a “aparcar mal”, con las multas que eso conlleva.