La catedral de Cuenca ha abierto este domingo sus puertas por primera vez desde que se declaró el estado de alarma para frenar la expansión de la COVID-19, con motivo de la misa de Pascua que ha oficiado el obispo titular de la diócesis, José María Yanguas.
La catedral, el espacio más visitado de la capital conquense, ha acogido la misa de las 12.30 horas con la participación de una treintena de fieles, según ha podido comprobar Efe, y con estrictas medidas de seguridad.
Durante los últimos dos meses, Yanguas ha oficiado las misas en el Altar Mayor del templo catedralicio, que han sido retransmitidas en el canal YouTube, pero este domingo ha sido la primera vez que la eucaristía ha contado con la asistencia de fieles.
A la entrada del templo se ha instalado gel desinfectante, para ser usado antes y después de salir y un gran panel recuerda las normas de seguridad a seguir, como usar mascarilla, guardar la distancia de seguridad de dos metros y no sobrepasar el aforo máximo de cien personas, que se corresponde con el 30 por ciento establecido para la fase 1 de descalada del estado de alarma.
No obstante, a las personas de riesgo, mayores de 70 o enfermas se les recomienda quedarse en casa.
En los bancos se ha colocado una señal para determinar dónde tienen que sentarse los fieles, a los que se les prohíbe besar o tocar las imágenes y otros objetos de culto y además, el Obispado de Cuenca recomienda comulgar "en la mano", sin guantes. "Cuídate tú y cuida a tu iglesia", reza el cartel informativo, que seguirá instalado cada domingo durante la desescalada.
Por otra parte, fuentes del Obispado de Cuenca han señalado a Efe que el culto también se ha retomado en los pueblos de la provincia. Durante la pandemia han fallecido seis párrocos de la diócesis conquense, algunos de ellos por COVID-19.