El Consejo de Gobierno de Castilla-La Mancha ha aprobado la declaración de Bien de Interés Cultural de un total de 16 torres aún existentes y que pertenecieron al ramal en la provincia de Cuenca de una línea de telegrafía óptica.
Según ha explicado la portavoz del Gobierno regional, Blanca Fernández, se trata de un conjunto de torres que convierte a esta provincia "en un lugar único para conocer este sistema, que es el Internet del siglo XIX".
Se trata de 16 torres en distintos estados de conservación de la línea Madrid-La Junquera pertenecientes al ramal de la capital conquense, con "un singular valor" y parte de un sistema que transcurría por un total de 18 municipios de la provincia.
Estas torres tipo atalaya son del siglo XIX y funcionaban con sistema de espejos para mandar mensajes y comunicaciones, y tuvieron un uso breve "y prácticamente de exclusividad militar" hasta que se implementó la telegrafía por cable.
Las torres, ha explicado Fernández, comenzaron a operar en 1844, el ramal conquense acabó sus obras en 1855 y la línea general Madrid-La Junquera a la que pertenecía se puso en marcha en su totalidad en 1857.
Los municipios que aún cuentan con estas edificaciones, en distintos estados de conservación, son Belinchón, Tarancón, Almendros, Saelices, Montalbo, Villares del Saz, Olivares, Valverde, Olmedilla, Motilla del Palancar, Iniesta, Graja de Iniesta, Cuenca, Villanueva de los Escuderos, Abia de la Obispalía, Torrejoncillo del Rey, Campos del Paraíso y Uclés.