La Diputación Provincial de Cuenca ha comenzado las obras de rehabilitación del castillo de Puebla de Almenara que cuentan con un presupuesto de 140.000 euros. Esta intervención tiene el objetivo de llevar a cabo una consolidación parcial y mejorar la seguridad en aquellos puntos donde exista riesgo de derrumbe.
El diputado de Cultura y Patrimonio, Miguel Ángel Valero, ha estado visitando esta fortaleza junto con el alcalde de Puebla de Almenara, Luis Miguel Bustos y los propietarios del castillo, donde ha podido comprobar las actuaciones que se están llevando a cabo, así como algunos descubrimientos muy prometedores como es un resto de la muralla del primer castillo de Don Juan Manuel.
El responsable provincial se ha quedado muy satisfecho con la evolución de los trabajos y ha reiterado la importancia de "socializar el patrimonio para que toda la ciudadanía lo sienta como propio", con este fin se llevarán a cabo acciones divulgativas entre los vecinos y vecinas de la comarca para que conozcan mejor esta joya del patrimonio conquense, ha informado la Diputación en nota de prensa.
La Diputación Provincial pretende con esta rehabilitación frenar el estado de deterioro que el tiempo y las inclemencias meteorológicas están causando en toda la edificación, provocando riesgo de colapso y derrumbes. Valero ha señalado que el actual Ejecutivo provincial tiene el firme propósito de trabajar para que "el patrimonio conquense sirva para generar riqueza" y repercuta positivamente en las personas que viven en la provincia.
Fortificación especial
El castillo de Puebla de Almenara o Santiago de Jalameña es una fortificación reconstruida entre los siglos XIV y XV en la sierra Jarameña sobre una anterior andalusí, tomada por la Orden de Santiago en 1177, situada en el municipio de Puebla de Almenara.
En el siglo XIV el castillo estaba en tierra del infante don Juan Manuel, quien dio la carta puebla al municipio para su repoblación el 22 de marzo de 1332. Perteneció más tarde a los Mendoza, ya que fue comprado el 13 de octubre de 1487 por el Cardenal Pedro González de Mendoza a María de Peralta y su esposo Juan de Heredia, quién llevó a cabo labores de restauración, partir del siglo XVII el castillo pierde importancia y comienza el abandono.
Este plan de actuación recoge un análisis general del estado estructural del castillo para afianzar las zonas con posibilidad de derrumbe, trabajar en eliminar la cubierta vegetal y en llevar a cabo excavaciones arqueológicas con fines científicos. También se va a actuar en las murallas donde se evitará que queden abiertos accesos al edificio y también se trabajará para crear recorridos guiados por dentro del castillo que irán acompañados de paneles explicativos.