La Guardia Civil, dentro del marco de la operación 'Skoen', ha esclarecido, tras más de ocho meses de investigación, el homicidio de un varón de nacionalidad ecuatoriana y afincado en la localidad de Cardenete (Cuenca). El autor de su muerte era trabajador de este empresario del campo y para ocultar el cadáver provocaron un incendio que afectó a 2.822 hectáreas.
Los hechos se remontan al día 29 de julio del año 2019, cuando una vecina de la localidad cardenetera denunció la desaparición de su marido, un empresario de la zona dedicado a la recolección de romero, ha informado en nota de prensa la Guardia Civil.
Ante la gravedad del caso, los agentes consideraron que podría tratarse de una desaparición forzosa, por lo que se hizo cargo de la investigación efectivos de la Unidad Orgánica de Policía Judicial (UOPJ) de la Comandancia de Cuenca.
Paralelamente, el Seprona de la Guardia Civil de Cuenca y el Cuerpo de Agentes Medioambientales de la Junta de Comunidades de Castilla La Mancha, dentro del marco de la denominada Operación 'Barcho', ha culminado una investigación de casi once meses de duración encaminada a determinar la autoría del incendio forestal que se inició el 30 de julio de 2019 en el término municipal de Valverdejo y que afectó a 2.822 hectáreas de masa forestal arbolada de los términos municipales de Valverdejo, Gabaldón, Barchín del Hoyo y Piqueras del Castillo.
Pese a la gran dificultad que entrañaba investigar la desaparición, los agentes de Policía Judicial fueron reconstruyendo los hechos que concurrieron en la desaparición de D.H.C.L. pudiendo considerar la "hipótesis" de que se habría ausentado en contra de su voluntad, pudiendo estar fallecida y que su cadáver estuviese oculto en el término municipal de Motilla del Palancar.
Trabajadores del fallecido
Los agentes, basados en las evidencias obtenidas, centraron su investigación en Motilla del Palancar, intensificándola sobre los trabajadores que la víctima tenía alojados en una vivienda de esa localidad.
Con posterioridad, los agentes identificaron a los ocupantes de la vivienda, donde, además de tomar declaración a los moradores, averiguaron que dos trabajadores y uno de los encargados se ausentaron de la citada vivienda el día 6 agosto.
Fruto del complejo trabajo efectuado, se obtuvieron suficientes vestigios para presumir que la víctima había fallecido violentamente, siendo autor del homicidio el encargado huido.
Además, durante la investigación, se ha determinado que junto al huido, un varón africano de nacionalidad malinense, participaron otros dos varones, ambos de origen africano, siendo detenidos y puestos a disposición judicial, uno en agosto y el otro en noviembre del año pasado respectivamente.
Respecto al incendio, la investigación perfectamente coordinada entre el Seprona y los Agentes Medioambientales consiguió reconstruir la evolución del incendio a través de los vestigios que éste dejó en su avance y en que se delimitaron dos posibles áreas de inicio distanciadas entre sí unos 32 metros, lo que junto a otros indicadores, llevaron a la Fuerza Instructora a considerar que el incendio fue intencionado, con la misma autoría, un trabajador temporero que se encontraba realizando labores de recolección del romero, y que provocó el incendio para ocultar el cadáver de una persona a la que presuntamente había quitado la vida.
El día 16 de septiembre, la Guardia Civil estableció un dispositivo de búsqueda con, componentes de la UOPJ, personal del Equipo del Seprona de la Comandancia y por el Servicio Cinológico del Cuerpo; inspeccionaron minuciosamente los extrarradios de la localidad motillana y municipios aledaños; fruto del servicio realizado, fue la localización en el término municipal de Gabaldón, del cadáver de una persona que por los elementos que portaba, hizo presumir que se trataba de la persona desaparecida, circunstancia que confirmaría más tarde el Departamento de Biología del Servicio de Criminalística (SECRIM).
Actualmente, el posible autor se encuentra huido y pesa sobre el mismo una Orden Internacional de Detención.
Las diligencias realizadas han sido instruídas por el Área de Personas de la Unidad Orgánica de Policía Judicial de la Guardia Civil, el Seprona de la Comandancia de Cuenca y el Cuerpo de Agentes Medioambientales, y puestas a disposición del Juzgado de 1ª Instancia e Instrucción Número Dos de Motilla del Palancar.