La Diputación de Cuenca ha comenzado las obras de restauración de la torre del homenaje y la muralla del conjunto histórico de Moya. Esta intervención tiene previsto llevar a cabo labores de limpieza de todo el entorno, estudiar los restos arqueológicos encontrados en aquellos lugares donde se va a trabajar, consolidar todos los muros y la mampostería, así como los huecos susceptibles de provocar derrumbes y llevar a cabo una protección de los recorridos.
El diputado de Patrimonio, Miguel Ángel Valero, ha estado comprobando el avance de las obras junto con el alcalde de Moya, Fernando Igual, y los responsables técnicos de los trabajos arqueológicos y arquitectónicos. Durante su visita, el responsable provincial ha conocido de primera mano los nuevos hallazgos encontrados como es el empedrado datado en la baja Edad Media.
Además, esta intervención va a suponer un revulsivo muy importante, desde un punto de vista turístico, ya que permitirá hacer visitable la torre del homenaje, un espacio único que ofrece una vista privilegiada de todo el paisaje, según ha indicado el responsable de la Diputación, ha informado la Institución provincial en un comunicado.
La inversión total en el conjunto histórico de Moya ascenderá hasta los 200.000 euros, que se enmarcan dentro de "una estrategia común con más de 5,3 millones de euros destinados a la rehabilitación de patrimonio en la provincia", según ha aseverado Valero. El objetivo que persigue el equipo de Gobierno es que estos elementos estén organizados y sirvan para generar riqueza en la zona donde se ubican.
Compromiso
El diputado ha reiterado el compromiso de la Diputación para que todos estos atractivos turísticos "trabajen para la gente" y sean espacios llenos de vida, a través de la atracción de visitantes, para eso las administraciones "tenemos que trabajar de forma colaborativa" y generar sinergias que favorezcan esta promoción.
El alcalde de Moya ha agradecido al diputado de Patrimonio la visita y ha aprovechado para exponer los proyectos que tiene para potenciar este atractivo turístico. Además, ha aprovechado la ocasión para mostrar al responsable de la Diputación otros lugares de interés que tiene este conjunto histórico.
Una vez aseguradas las zonas de trabajo e instalados medios auxiliares, se procederá a tomar muestras de revoco y rejuntado para su ensayo. La intervención permitirá consolidar los lienzos de mampostería de la torre del homenaje y continuidad de muralla, llevando a cabo una reposición de aquellas zonas faltan con piedras que se encuentren en el entorno.
Además, se está procediendo al rellenado de aquellas zonas donde se encuentran huecos o la pared está picada En general, las zonas más deterioradas son las partes más expuestas y las zonas donde a pesar de estar más resguardadas, la piedra por su composición, es más sensible a la erosión.
Consolidación
Las obras están trabajando en consolidar la parte superior de muralla y torre del homenaje, colocando en donde proceda un solado con losas de piedras naturales semejantes a las existentes, y realización de los bordes superiores exteriores e interiores de la muralla, con mampostería de piedra caliza recuperada de los restos. Conformación de los muros y huecos de la torre y de la muralla con piezas de piedras y juntas de características iguales a las existentes.
Esta obra también busca acondicionar el interior de la torre realizando la consolidación de los muros interiores y la restauración de revocos y juntas. También se realizará la mejora del acceso a la torre mediante la recuperación de la pasarela hasta la puerta de entrada, así como a los lienzos de la muralla que se hagan visitables.
La Villa amurallada de Moya fue declarada Conjunto Histórico en 1982. Se localiza en la comarca de la Serranía Baja sobre un promontorio de unos 700 metros de longitud y 160 metros de anchura máxima quedando arriba una meseta plana que ocupa una superficie de unas 13 hectáreas y se encuentra a una altitud sobre el nivel del mar de 1.155 metros.
La importancia estratégica de la Villa de Moya hizo que Alfonso VIII la repoblara en 1210 y le concedió Fuero. Aunque su existencia es presumiblemente anterior, pues en 1176 consta que los moros de Cuenca, Alarcón y Moya atacaron la plaza de Huete. La ocupación cristiana no comenzaría hasta 1183.
La villa de Moya tuvo una importancia excepcional en la Edad Media como fortaleza avanzada de Castilla al borde mismo de Aragón y Valencia. Los Reyes Católicos valoraron aún más ese papel y en 1475 la cedieron a don Andrés Cabrera (primer marques de Moya) y a Doña Beatriz de Bobadilla, impulsando su importancia administrativa al convertirla en capital de un poderosísimo marquesado que extendía su señorío por un amplio territorio, que incluía 36 pueblos.