El arco de Jamete de la Catedral de Cuenca ha sido incluido en la Lista Roja del Patrimonio que elabora la asociación Hispania Nostra, que recoge cerca de 950 monumentos españoles que corren el riesgo de desaparecer si no se actúa de inmediato.
En nota de prensa, la asociación explica que a principios del siglo XX se derrumbó parte de la torre del Giraldo de la Catedral de Cuenca, que cayó sobre el arco de Jamete, destruyendo la techumbre y la cúpula que poseía y dejando a la intemperie y a las inclemencias del tiempo todo el conjunto arquitectónico.
En el interior del arco, parte de la obra ya ha perdido el volumen de sus formas y, según Hispania Nostra, la obra está "amenazada" por la humedad y el mal de la piedra, y sufre un proceso de salinización "imparable". Además, los casetones del arco de Jamete siguen esperando desde hace más de un siglo a ser recolocados.
“Magnífico” frontispicio
Esta obra fue realizada por Francisco de Luna y Esteban Jamete entre 1.546 y 1.550, encargada por Sebastián Ramírez de Fuenleal, obispo de Cuenca (1542-1547), para proyectar esta monumental puerta de comunicación de la Catedral con el claustro catedralicio que lo consagra como importante artífice del Renacimiento español.
El arco de Jamete constituye "un magnífico" frontispicio construido como portada a la entrada principal de acceso al claustro, y está considerada como una de las obras maestras, "una pieza estrella del Renacimiento en España y Europa en el interior de un edificio".
Tras la portada creada por este arco de Jamete se configura una especie de capilla con bóveda elíptica, dos nichos laterales, uno a cada lado, y la portada del claustro en el fondo.