Este jueves se ha abierto al público la parte de la calle Santa María de Cuenca comprendida entre la salida del aparcamiento de Mangana y la intersección con la calle Alcázar, que permanecía cerrada desde que se ejecutó la primera fase de las obras de rehabilitación de los restos arqueológicos intramuros de la Muralla del Alcázar.
Así, únicamente ha quedado protegida la entrada a la sala ubicada bajo la calle, según ha informado el Ayuntamiento.
Tras resolver el contrato con la empresa ejecutora, proceso que ha resultado bastante complicado por desavenencias con la misma y que han provocado la demora en la apertura, el Consorcio de la Ciudad de Cuenca ha llevado a cabo la limpieza de la calle y su entorno, así como la reparación de determinadas zonas del pavimento, para poder proceder a su apertura, según ha informado el Consistorio conquense en nota de prensa.
Próximamente se llevarán a cabo los trabajos que restan para completar la actuación de rehabilitación, actuaciones durante las cuales la calle se mantendrá abierta.