Varios activistas de Greenpeace han desplegado una gigantesca pancarta en el acueducto del río Cigüela en la provincia de Cuenca, parte del trasvase Tajo-Segura, para denunciar los problemas que surgen por lo que llaman "la burbuja del regadío" alentada con construcciones de esta naturaleza.
Con el lema, 'Salvar el agua. No hay agua para tanto regadío' quieren denunciar que "la agroindustria sigue acaparando el 80% del agua" por lo que "unos pocos fondos de inversión se lucran con la burbuja del regadío y asfixian a las pequeñas explotaciones".
La elección del viaducto del Cigüela para extender esta pancarta de 200 metros no ha sido ni mucho menos baladí. La organización ecologista esta "mastodóntica" construcción de 6 kilómetros de largo y 50 metros de alto no es más que otro ejemplo de "un modelo fallido" en la gestión del agua que representa el trasvase Tajo-Segura y "otras fantasías faraónicas" que además suponen "agua para hoy y sed para mañana" y que "alientan los conflictos territoriales entre agricultores".
Bajo su punto de vista, "el delirio llega hasta el disparate cuando te das cuenta de que la gran cantidad de agua trasladada, en este caso hacia el sureste de la península, ha provocado el desastre del Mar Menor" donde "el riego desbordante ha colmatado los acuíferos subterráneos, mientras filtraba al subsuelo cantidades enormes de nitratos y fitosanitarios" que han causado la "sopa verde" en la que se ha convertido la esta laguna costera.
En este sentido, Greenpeace advierte que llevan años denunciando los problemas de "contaminación, escasez y mala gestión del agua", problemas que se agravan por el cambio climático que trae "periodos de sequía más frecuentes e intensos" por lo que no se explican que haya administraciones públicas prometiendo más regadío, como la Junta de Andalucía en el Parque Nacional de Doñana.