Para bañarte este verano en una playa no es necesario desplazarte hasta la costa. Castilla-La Mancha posee un total de 38 puntos, muchos de ellos playas fluviales, repartidas por las cinco provincias en los que está autorizado el baño y es posible combatir las altas temperaturas estivales.
Uno de estos singulares lugares para combatir las altas temperaturas estivales se encuentra en Cuenca capital. Prácticamente a los pies de una de las imágenes más reconocibles de la región, dibujada por el recorrido de las hoces del Júcar y el Huécar y reconocida con el título de ciudad Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, existe la posibilidad de darte un chapuzón.
En este lugar es la llamada 'playa del Júcar', una playa artificial de aproximadamente un kilómetro de longitud y 40 metros de ancho donde se puede nadar y practicar actividades acuáticas en un entorno de naturaleza gracias a una pequeña presa construida en las inmediaciones.
Sus orígenes se remontan a 1943, momento en el que se creó este complejo que desde entonces viene marcando el verano y los recuerdos de cientos de conquenses y visitantes.
La Playa del Júcar, situada en el kilómetro 2 de la carretera a Villalba de la Sierra, está gestionado por el Ayuntamiento de Cuenca y entrar a él cuesta 4 euros, aunque también existe la posibilidad de adquirir bonos. Eso sí, sobre todo los fines de semana es habitual que la afluencia de gente obligue a colgar el cartel de "completo" poco después de la apertura de puertas.
El restaurante de Pepe
Casi tan conocida como la playa es su restaurante, gestionado durante décadas por José López Martínez, conocido como 'Pepe el de la playa'. Desde que llegara a Cuenca en los años sesenta, este histórico hostelero se enamoró de este lugar y unió su nombre, de manera indeleble, a él.
Ya fallecido, en la actualidad su familia sigue gestionando un establecimiento donde ofrecen un menú por 25 euros, platos a la carta y la posibilidad de celebrar bodas y eventos.
La huella de Pepe en Cuenca ha sido reconocida por el Ayuntamiento de Cuenca concediéndole el título de Hijo Adoptivo de manera póstuma junto al entrenador de fútbol, Joaquín Caparrós.