El cómico Javier Cansado se enfrentaba al primer pregón de su vida y no defraudó. Con su habitual estilo, haciendo gala de ese humor surrealista que tanto le caracteriza, ha dado el pistoletazo de salida de la Fiestas de San Julián 2024 de Cuenca con una intervención en la que ha descrito la ciudad como su "Arcadia feliz" particular con la que ha tenido una "relación picassiana".
En un acto que finalmente ha tenido que ser trasladado del parque de San Julián al Auditorio por la lluvia, Cansado ha dividido sus vivencias en Cuenca en las mismas fases que tuvo el genio malagueño durante su vida artística.
"La primera etapa fue rosa. Cuando era niño, mi famlia llegó aquí porque destinaron a mi abuelo", ha relatado el humorista, quien también recordaba cómo su padre fue miembro de la banda municipal. En ese momento, para él "Cuenca lo era todo". "Venía de un barrio dentro de un barrio en Madrid y nunca salía de ahí. Sin embargo, aquí te podías ira a las Quinientas o San Antón. Era aventura tras aventura", ha añadido.
Momentos en los que "pescaba cangrejos en el Júcar", un río que para él "era más grande que el Amazonas y tenia el agua calentita", como contaba a sus compañeros de colegio. Unas exageraciones que le convirtieron en "Javi, el niño que nadaba con pirañas en el Júcar".
Una parte inolvidable de aquellos veranos de su infancia coincidía con las fietas de San Julán de las que ahora es pregonero. De hecho, ha desvelado cómo se acercaba junto al resto de niños a las puertas del hotel Alfonso VIII a ver a los toreros y artistas que venían a actuar. Menos gracia le hacían los fuegos artificiales, que le dejaron un recuerdo para toda la vida: "No me gustaban porque te caían cosas encima. Así tengo esta ceja, rota de una caña que me dio".
Época negra
De esta época rosa, Cansado ha contado cómo pasó a una época negra en la que estuvo "veintiún años sin venir a Cuenca". Este tiempo coincide con la formación del dúo cómico 'Faemino y Cansado' en la que se centró en su carrera artística y "me hice amigo de Antonio Resines", algo que "te cambia la vida", ha bromeado.
Esa separación, que no divorcio, terminó hace cosa de diez años, cuando una actuación en el mismo escenario en el que ha pronunciado su pregón le devolvió a Cuenca. Entonces se topó con "una ciudad impresionante, fantástica, limpia, ordenada y restaurada" de la que se volvió a enamorar y a la que hizo una promesa: "Todos los días que estuviera en Cuenca, desayunaría churros y subiría al Cerro Socorro". De las dos premisas, Cansado ha admitido que "una no la he cumplido".
Por último, el humoristaha confesado que su relación con la ciudad ha entrado en una última etapa, la cubista que ha tenido como punto de partida un encuentro con un águila que hablaba en subjuntivo cuando subía en bici a Palomera y que ha terminado engañándole. "No os fieis nunca de un águila que utiliza el subjuntivo ni de los que os cuente un cómico madrileño", ha pedido Javier Cansado a los conquenses al término de su pregón.
Coronación y premios
Antes del pregón, el alcalde Darío Dolz ha presidido la imposición de bandas a la representación juvenil de los barrios y pedanías de Cuenca. En total, han sido distinguidas 19 jóvenes de todos los puntos de la ciudad.
Otro momento muy esperado ha sido la entra de los premios 'Ciudad de Cuenca' que en esta ocasión han ido a parar a Silvia Lara, la Policía Nacional, Vanesa Cebrián, el Club Dansei de Gimnasia Rítmica Adaptada, Paula Serrano, Fernando Zóbel y Federico Muelas.