El Ayuntamiento de Pareja ha homenajeado este sábado a Francisco Sánchez López con motivo de su centenario. Impecáblemente vestido, con corbata y camisa azul de manga corta, saludaba a todo el mundo, aún lleno de vitalidad y buen humor, sin necesidad siquiera de bastón, pleno de facultades, y con una memoria envidiable para sus años.
Rodeado por sus hijas, nietos y bisnietos, y por el resto de su familia, en un sencillo y emotivo homenaje que se celebró en la Plaza de la Constitución, en el que no faltaron los globos con los números de los cien años.Javier de Río, alcalde de Pareja, ha destacado que Francisco ha vivido diferentes periodos históricos: monarquía, república, dos dictaduras y democracia, “siendo un ejemplo de buena persona y dando muestra de su capacidad de supervivencia en cada uno de ellos”.
Por eso, en nombre de todos los vecinos de Pareja, el regidor le ha deseado a Francisco “un feliz cumpleaños” y que “siga disfrutando de la vida, rodeado de sus seres queridos”. Del Río ha pedido para él un fuerte aplauso, que lo ha sido, así como también sentido y emotivo. Además, el propio Javier del Río y Beatriz Martínez, concejala del Ayuntamiento de Pareja, le han hecho entrega de dos obsequios al ya centenario Francisco. El primero, una placa conmemorativa, agradeciéndole su trayectoria vital y bonhomía en memoria de su centenario. Además, el Ayuntamiento de Pareja ha enmarcado una réplica de la partida de nacimiento del parejano, de la que igualmente se le ha hecho entrega antes de proceder a la más que pertinente foto de familia.
Francisco Sánchez, nació en Pareja el 23 de julio de 1920, en el seno de una familia humilde que se dedibacaba a la labranza y a la ganadería. Con ocho años, ya trabajaba en el campo de sol a sol. Cuando terminaba de hacerlo con su familia, subía a Casasana, para ganarse además el jornal como acarreador y trillador. Francisco subía y bajaba haces de mies recién segada de las mulas a las eras, y daba vueltas sin fin a la parva encima de un trillo, con el que separaba la paja del grano “para el tío Braulio y la tía Constantina”, ha contado este sábado. Aún se acuerda de sus nombres.
Francisco fue reclutado con menos de 18 años como soldado, y participó en la Guerra Civil española. Lo destinaron a Hita y Alarilla, para formarlo. Ya en Madrid, se lo llevaron al frente desde el Paseo de María Cristina. Lo trasladaron al pueblo cordobés de El Viso de los Pedroches, donde estuvo varios meses en el frente. “Cayeron muchos compañeros míos, sin que yo pudiera hacer nada”, ha comentado, con lágrimas en los ojos. De vuelta en el pueblo, contribuyó con su esfuerzo a la construcción del pantano de Entrepeñas, y también de la carretera que lo circunvala,”en una yesería y machacando piedra”, respectivamente.
Cuando terminaron las obras, emigró a Madrid, para trabajar en la construcción, cuando el actual barrio de Ventas y de Manuel Becerra eran sólo una extensión de huertos. Después, trabajó para la factoría Veglia Bressel-Borletti, “de Milán, Italia”, fabricando carburadores y bombas de gasolina para los coches, también en Madrid. Allí se jubiló.
Francisco ha tenido tres hijos (dos hijas y un hijo que murió), tiene seis nietos y seis bisnietos, y tres esposas. Este sábado, en Pareja, rodeado de su familia ha sido feliz dando rienda suelta a su alegría. Su familia ha querido agradecer públicamente el detalle al alcalde de Pareja, Javier del Río y al Ayuntamiento de la localidad. “Quiero mucho a mi pueblo, y siempre he llevado muy alto su nombre. Aquí nací, y aquí quiero que me entierren”, ha concluido emocionado el centenario.