Durante este primer semestre de 2020 la producción de energía eléctrica bruta generada por la central nuclear de Trillo (Guadalajara) ha sido de 3.612 gigavatios-hora (GWh) frente a los 3.821 del mismo periodo en 2019, siendo la acumulada desde el inicio de su actividad comercial en mayo de 1988 de 259.361 GWh.
La central de Trillo acumula 12,5 años consecutivos sin paradas automáticas del reactor y la aunque la COVID-19 motivó la modificación de las fechas inicialmente previstas para la trigésimo segunda parada de recarga de combustible y mantenimiento general de la planta, que se retrasaron unos días, con una duración de algo más de 33 días sin producción energía eléctrica, tal y como ha indicado la dirección de la planta en el documento remitido a los medios, la planta ha funcionado con "absoluta normalidad".
Según el documento remitido a los medios, la operación de la central durante estos seis primeros meses se ha desarrollado con "absoluta normalidad", sin que se haya producido ningún incidente significativo que haya afectado a la seguridad nuclear y la protección radiológica.
La pandemia ha motivado también la celebración por parte de la dirección de la planta de la tradicional rueda de prensa para dar cuenta del funcionamiento de la misma en el primer semestre, sin embargo, según el documento facilitado, durante este periodo de recarga se reforzaron las medidas de seguridad y prevención con el fin de minimizar el riesgo de contagio y asegurar la ejecución de los trabajos.
Máximos niveles de prevención
Se han mantenido también los máximos niveles de prevención frente a la accidentabilidad, la protección radiológica y la seguridad nuclear. De hecho, para minimizar el personal en planta organizaron distintos turnos y horarios de trabajo.
Al igual que en el caso de Almaraz, el programa establecido contaba con una duración de 35 días, muy superior a la inicialmente prevista, teniendo asimismo un alcance relativamente inferior, con el fin de reforzar la protección frente al COVID de todos los trabajadores, propios y de empresas colaboradoras.
Esta replanificación ha posibilitado que los trabajos hayan minimizado su ejecución en paralelo manteniendo los escalonamientos en la entrada del personal a la planta, el uso de las protecciones establecidas, así como las medidas de higienización definidas. Además, se ha minimizado la concurrencia del personal en planta con el fin de no coincidir más de 800 personas para evitar el riesgo de trabajo.
En cuanto a la dosis del personal profesional expuesto, se sitúa muy por debajo de los niveles legalmente establecidos. De otro lado, la empresa española Equipos Nucleares (ENSA) se va a encargar de la fabricación de 10 nuevos contenedores para el combustible gastado de central con un plazo de ejecución de cinco años, de forma que la entrega está prevista para 2022.
Desde el inicio de la pandemia originada por la COVID 19, las centrales nucleares Almaraz-Trillo (CNAT) ha adoptado una serie de medidas adicionales las establecidas por las autoridades sanitarias y las Administraciones Públicas y en línea con las implantadas por otras centrales nucleares europeas, todo ello con el fin de proteger la salud de las personas que trabajan en sus instalaciones y la de sus entornos familiares minimizando posibles contagios y garantizando la operación segura y fiable de las plantas.